POR MARIELA CASTAÑÓN
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Alejandra Mora, exministra de la Condición de la Mujer de Costa Rica y actual directora de la Oficina para la Defensa de la Mujer en la Defensoría de los Habitantes de ese país, explicó en un evento realizado en el marco del Día Internacional de la Niña, la importancia de que una niña “lleve bajo el brazo un libro y no un niño”. Además, compartió las estrategias implementadas en su país, para reducir los embarazos en jóvenes.
Mora abordó el tema en una actividad convocada por La Alianza, el Observatorio en Salud Sexual y Reproductiva (Osar) y la Embajada de Canadá en Guatemala.
La Directora de la Oficina para la Defensa de la Mujer de Costa Rica explicó que en el año 2000 se registraba el 20 por ciento de nacimientos de bebés que correspondían a adolescentes y la estadística bajó a 14 por ciento.
“En el –año– 2000 el 20 por ciento de los nacimientos –de bebés– eran de adolescentes y ahora está en 14 –por ciento– de manera que la reducción es sustancial, porque eso se traduce en cientos de personas, lo que da cuenta es que cientos de niñas han dejado de tener embarazos tempranos y posiblemente están estudiando, posiblemente lo que tienen es un libro en sus manos”, dijo la profesional.
MEDIDAS PENALES Y TRABAJAR MASCULINIDADES
Según la entrevistada, esto se logró por medio de diferentes estrategias, entre estas el trabajo coordinado e interinstitucional del Estado; en la focalización de las zonas con mayores índices de embarazos, además hubo intervención y capacitación para el personal que trabajaría en el tema.
Asimismo, se evitaron las relaciones impropias, es decir se prohibió que una jovencita menor de 15 años contrajera matrimonio o se uniera con un hombre adulto, si éste lo hacía debía ser denunciado por violación y responder legalmente por ello.
“Cualquier relación con una persona menor de 15 años es violación, es un delito, aquí hay que tomar algunas medidas: lo primero es que estas acciones no son de instancia privada, es decir, no es que la persona víctima y su familiar tiene que llegar a denunciar, es tan grave el delito que si usted se entera de eso o una funcionaria pública recibiera un caso de estos, tiene la obligación de hacer una denuncia. Hay que desnaturalizarlo que parece anclado en la cultura, lo que hace es distorsionar cosas, provoca profunda violencia y discriminación contra nuestras niñas”, indicó Mora.
La profesional agregó: “Hay que entender que una medida inmediata es la penal, la otra es trabajar masculinidades, dije que había un trabajo importante de masculinidades: los hombres tienen que entender la construcción de su masculinidad, los ejercicios de poder que tienen, aprender a sacar lo afectivo, los sentimientos; aprender a tener el hombro fuerte de una mujer a la par, esas son cosas que a los hombres les cuesta, la carga de sentirse los proveedores siempre ha sido un tema que en la masculinidad hay que trabajarla, por eso es tan importante que las mujeres podamos trabajar en el mundo lo público, ganando dinero, llevando ese empoderamiento y esa vida económica entre los dos, esa es la ciencia de una transformación cultural”, explicó.
Por otro lado, Mora destacó que se creó “el cuido”, una acción de reinserción laboral o educacional, que se traduce en la infraestructura nocturna para que las jóvenes que estaban embarazadas o tenían niño, pudieran continuar con sus estudios. También llevaron a cabo la implementación de un anticonceptivo femenino, para que las mujeres tomaran la decisión de usar este insumo, sin necesidad de pedir a su pareja que lo hiciera.
GUATEMALA
Mora destacó que en Costa Rica no está tan reportado el incesto o violencia sexual en el hogar, pero en los casos que lo ameritaron se abordaron desde lo que es: un delito; el Instituto Nacional de las Mujeres creó un programa de asesoría legal para acompañar a las niñas. En ese país también hay albergues para estas jovencitas.
En tanto, el Osar destacó que hasta agosto de este año se han registrado 53 mil 913 embarazos de niñas y adolescentes, de edades comprendidas entre 10 a 19 años.