Brooklyn, Iowa, EE. UU.
El asesinato de la estudiante Mollie Tibbetts de la Universidad de Iowa ha desatado críticas al sistema migratorio de Estados Unidos porque el hombre acusado de su muerte es un jornalero mexicano. Sin embargo, el padre de la víctima le dijo a los dolientes que él ha recibido el respaldo de la comunidad hispana.
En declaraciones el domingo por la tarde ante más de 1,000 personas en una ceremonia en la escuela secundaria a la que su hija solía asistir, Rob Tibbetts no respondió directamente a los comentarios del presidente Donald Trump y de otros que mencionaron la nacionalidad del sospechoso para argumentar que es necesario efectuar cambios a las leyes de inmigración.
Tibbetts dijo que se ha encontrado con hispanos en restaurantes mexicanos y en otras partes que se mostraron sensibles y amables durante las semanas que pasó en la comunidad de Brooklyn en el centro de Iowa para ayudar en la búsqueda de su hija, reportó el periódico The Des Moines Register.
“Los miembros de la comunidad hispana son de Iowa. Tienen los mismos valores que la gente de Iowa”, afirmó. “En lo que a mí respecta, son habitantes de Iowa con mejor comida”.
El cuerpo de Mollie Tibbetts, de 21 años, fue hallado el 21 de agosto en un sembradío de maíz en las afueras de Brooklyn, donde había estado residiendo durante sus vacaciones de verano de la Universidad de Iowa. Las autoridades han dicho que fue secuestrada mientras trotaba el 18 de julio, y una autopsia mostró que falleció por heridas con un arma punzocortante.
Cristhian Bahena Rivera, de 24 años, ha sido acusado de homicidio en primer grado por su muerte y está detenido. Se le fijó una fianza de cinco millones de dólares que solo puede ser depositada en efectivo. Se sospecha que está en Estados Unidos sin autorización.
Si es declarado culpable podría ser condenado a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional.
Horas después de la detención de Rivera, Trump, la gobernadora de Iowa Kim Reynolds y los dos senadores estatales dijeron que la muerte de la joven mostraba la necesidad de cambiar las leyes migratorias. El Presidente hizo un llamado para la detención de más republicanos que respalden estas propuestas.
En sus palabras en la escuela secundaria Brooklyn-Guernsey-Malcom, Rob Tibbetts pidió que se recordase a su hija «celebrando algo maravilloso” en lugar de centrarse en cómo falleció.
Tibbetts instó a los asistentes a recordar la pasión de su hija por la vida y su deseo de ayudar a los demás. Remarcando su llamado a celebrar cosas “maravillosas”, el padre recordó en su elegía a una pareja que se había casado en la víspera.
«Hoy tenemos que pasar página. Estamos al final de una larga y dura experiencia”, señaló. «Pero tenemos que volvernos hacia la vida, hacia la vida de Mollie, porque Mollie no es la víctima de nadie. Mollie es mi heroína”.
El obispo de Davenport, Thomas Zinkula, ofició el funeral en la ciudad de 1,500 habitantes donde creció Mollie Tibbetts.