Fuente AP Sarah Sanders

Washington
Agencia dpa

El Gobierno de Donald Trump va a revisar la relación bilateral de Estados Unidos con El Salvador después de que el Ejecutivo de Salvador Sánchez Cerén rompiera relaciones con Taiwán para reconocer a China.

Ese paso supone «una seria preocupación para Estados Unidos y resultará en la reevaluación de nuestra relación con El Salvador», manifestó la Casa Blanca en un comunicado emitido ayer por la noche, en el que advierte de que traerá consigo «implicaciones» por décadas.

«Es una decisión que no solo afecta a El Salvador, sino a la salud económica y a la seguridad de toda la región de las Américas», añadió la portavoz de Trump, Sarah Sanders.

Tras 84 años de relaciones diplomáticas con Taiwán, El Salvador anunció la ruptura de relaciones el pasado martes. Esta llega en un momento de enfrentamiento comercial entre Estados Unidos y China. Esta semana, Washington aplicó nuevos aranceles sobre importaciones chinas y Pekín respondió de igual manera.

La Administración Trump acusa al país asiático de llevar a cabo prácticas comerciales «injustas», sobre todo en el sector tecnológico. El mandatario pretende además reducir el déficit comercial estadounidense con China y acusa a esta de manipular su moneda para abaratar artificialmente sus exportaciones.

Tras la ruptura de relaciones por parte de El Salvador, el número de países que reconoce a Taiwán es de solo 17. La mayoría son pequeños países en desarrollo.

En Centroamérica siguen reconociendo a la isla Nicaragua, Honduras, Guatemala y Belice. En América del Sur la reconoce Paraguay. Y en Europa, solo El Vaticano lo hace.

China considera a Taiwán como parte de su territorio y la observa como una provincia separatista. En los últimos años ha aumentado la presión sobre la isla.

«Los países que buscan establecer o expandir relaciones con China para atraer inversiones directas estatales que estimulen a corto plazo su crecimiento económico y el desarrollo de sus infraestructuras podrían sufrir una decepción a largo plazo», manifestó la Casa Blanca.

«Hay gobiernos despertándose en todo el mundo ante el hecho de que los incentivos económicos de China lo que realmente hacen es facilitar la dependencia económica y la dominación, no la asociación», añadió.

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