Por agencia/dpa
Washington
El presidente estadounidense, Donald Trump, no mencionará cuestiones relacionadas con los derechos humanos en su histórico encuentro de mañana con el líder norcoreano, Kim Jong-un, acusado de gobernar de forma totalitaria el país comunista.
La emisora NBC citó hoy a dos funcionarios de la Administración estadounidense señalando que Washington decidió no manifestar sus preocupaciones por los abusos a los derechos humanos en Corea del Norte, pese a que este país es considerado uno de los más represivos del mundo.
Un informe de la ONU de 2014 acusaba a Corea del Norte de una lista de violaciones que iban de la represión sistemática de toda libertad política y religiosa hasta la tortura, violaciones, transferencias de población forzosas e inanición.
El Gobierno emplea esas tácticas para instaurar un clima de terror en lo que la ONU denunció como crímenes contra la humanidad.
También los desertores que arriesgaron su vida para escapar del país han contado historias terribles sobre la vida en las prisiones, adonde son enviados por infracciones menores como posesión ilegal de alimentos.
«Nuestra responsabilidad moral es hablar sobre derechos humanos», dijo el congresista Brendan Boyle a la CNN. Boyle está trabajando por llevar una propuesta a la Casa de Representantes en Estados Unidos para que la Casa Blanca mantenga en la agenda cuestiones de derechos humanos, alegando que Washington «no debería normalizar las atrocidades del régimen de Kim».
El grupo de derechos humanos Human Rights Watch, basado en Nueva York, alertó que el Ejército norcoreano está directamente relacionado con abusos contra los derechos humanos, citando, entre otros, el uso de esclavos en programas de armas.
«A un nivel más amplio, el astronómico costo del programa de armas nucleares contribuye a la pobreza masiva de Corea del Norte, que es uno de los países más pobres del mundo», dijo John Sifton, responsable para Asia de la organización, antes de la Cumbre.
Sifton destacó también que algunas sanciones clave contra Corea del Norte están vinculadas a los abusos, lo que significa que levantar restricciones económicas contra Pyongyang requeriría legalmente una mejora de la situación interna del país.