Washington
AP

La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) considera que su reciente visita a Nicaragua ha supuesto un punto de inflexión en la actitud del Gobierno de Daniel Ortega.

«Creo que hay un resultado práctico en la visita que no sabemos si es temporal, pero queremos creer que pueda estar indicando un punto de inflexión», manifestó hoy el secretario ejecutivo, Paulo Abrao, durante un encuentro con periodistas en Washington a su regreso.

Abrao manifestó además que la situación que se encontró el equipo de la CIDH que viajó a Nicaragua era «más compleja» de lo que imaginaban.

La CIDH realizó una visita de cinco días a Nicaragua para recabar información sobre las violaciones de los derechos humanos en el marco de las protestas contra el Gobierno de Ortega, que comenzaron a mediados de abril tras una reforma de la seguridad social aprobada por decreto que tocaba el sistema de pensiones.

Su visita, que concluyó a principios de esta semana, fue una condición que pusieron los sectores sociales que lideran las protestas para sentarse a una mesa de diálogo con el Gobierno que se celebra bajo la mediación de la iglesia Católica.

Abrao y la comisionada Antonia Urrejola, que habló por videoconferencia, valoraron especialmente el hecho de que el Gobierno de Ortega haya asumido las recomendaciones hechas por la Comisión en su informe preliminar y el número de muertos cuantificados por ella. Según la CIDH, 76 personas murieron, 868 resultaron heridas y 438 fueron detenidas.

«Hubo un uso de la fuerza letal y en los cinco días que la Comisión estuvo no ha pasado una nueva muerte», destacó Abrao.

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