Palestinian protesters hurl stones at Israeli troops during a protest on the Gaza Strip's border with Israel, Monday, May 14, 2018. Thousands of Palestinians are protesting near Gaza's border with Israel, as Israel prepared for the festive inauguration of a new U.S. Embassy in contested Jerusalem. (AP Photo/Khalil Hamra)

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GAZA/ TEL AVIV
DPA

Al menos 37 palestinos murieron y más de 1.700 resultaron heridos en enfrentamientos con soldados israelíes en la frontera de la Franja de Gaza con Israel, informó el Ministerio de Salud del enclave, horas antes de la controvertida apertura de la embajada estadounidense en Jerusalén.

Según el Ministerio, los muertos fueron abatidos por los soldados israelíes y de los heridos, cientos sufrieron impactos de bala. Con estas cifras se registra ya el día más sangriento en la zona desde la Guerra de Gaza de 2014.

El ministro de Sanidad palestino, Yawad Awad, acusó a Israel de cometer «una masacre contra manifestantes desarmados», mientras Israel acusa a la organización radical Hamas, que gobierna Gaza, de aprovechar las protestas para cometer atentados.

El Ejército israelí, que dobló su presencia en la zona, acusó a los palestinos de lanzar bombas incendiarias y artefactos explosivos contra los soldados, quemar neumáticos e intentar prender fuego en territorio israelí lanzando diversos objetos. Algunos testigos dijeron que varios hombres intentaron cortar la valla de seguridad.

Por el momento, más de 35.000 personas participaron en las protestas en 12 lugares distintos de la valla fronteriza, según el Ejército israelí.

Sin embargo, se espera que acudan hasta un millón en una protesta multitudinaria por el polémico traslado de la embajada estadounidense de Tel Aviv a Jerusalén, que se inaugurará esta tarde ante unos 800 invitados, con la prseencia del secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, la hija del presidente Ivanka Trump y su marido y asesor presidencial Jared Kushner.

El traslado supone el reconocimiento en la práctica de Jerusalén como capital de Israel anunciado ya por el presidente estadounidense, Donald Trump, el pasado diciembre, una medida muy polémica puesto que los palestinos reclaman la parte oriental como capital de su futuro Estado. La decisión también fue muy criticada internacionalmente, al romper el consenso en la comunidad internacional.

Los palestinos protestan también en el marco del 70 aniversario de la fundación del Estado judío y el día de la Nakba (catástrofe), que tradicionalmente conmemoran un día después en recuerdo de los expulsados en el marco de ese suceso, y para reclamar su derecho a volver a su antiguo territorio.

Las protestas son la culminación de la «Marcha del Retorno», que comenzó en marzo. Desde entonces, los palestinos marcharon hacia la frontera para reclamar su derecho a volver a sus antiguas tierras, algo que les niega Israel. Desde entonces, soldados israelíes abatieron a 71 palestinos e hirieron a miles.

Hoy, en la Franja de Gaza las tiendas, escuelas y universidades permanecían cerradas en el marco de una huelga general convocada por todas las fracciones políticas, incluyendo a la gobernante Hamas. Durante la mañana, jóvenes incendiaron neumáticos también en los principales cruces de carreteras mientras los autobuses recogían a gente de la calle para acudir a las protestas. Desde los altavoces de las mezquitas se llamaba también a secundar las acciones.

La aviación israelí también atacó puestos de la organización radical Hamas en el norte de la Franja, según su versión en respuesta a disparos contra soldados lanzados desde allí.

Mientras, en Cisjordania, el otro territorio palestino, unas 5.000 personas participaron en una marcha portando banderas palestinas y negras, así como llaves para simbolizar su demanda de poder retornar a las tierras de las que sus antepasados tuvieron que huir o fueron expulsados a raíz de la fundación del Estado de Israel en 1948. Algunos manifestantes también quemaron una bandera de Estados Unidos.

Después, cientos de ellos se trasladaron a puestos de control del Ejército israelí donde se produjeron enfrentamientos con las fuerzas de seguridad, entre otros en Qalandia y Belén, según fuentes palestinas.

Las reacciones internacionales no se hicieron esperar: Rusia, Irán o Turquía criticaron el traslado de la embajada de Estados Unidos a Jerusalén, mientras Al Qaeda llamó a la «guerra santa».

El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, mostró su preocupación por que el traslado reavive las tensiones en la región, mientras el ministro de Exteriores iraní, Mohammad Javad Zarif, que se encuentra en Moscú, denunció un «comportamiento peligroso» por parte del Gobierno estadounidense.

También el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, insistió en su rechazo a la decisión. Washington perdió su papel como mediador en las disputas en Cercano Oriente y ya no es parte de la solución, sino del problema, dijo Erdogan desde el «think-tank» Chatham House, en Londres, citado por la agencia oficial turca Anadolu. El portavoz del Gobierno, Bekir Bozdag, responsabilizó a Israel y Estados Unidos en la misma medida por la «masacre» en Gaza.

El Gobierno alemán hizo un llamamiento a la moderación y señaló que la apertura de la embajada no debe ser motivo de violencia, dijo una portavoz del Ministerio de Exteriores. Al mismo tiempo pidió que las fuerzas israelíes actúen con proporcionalidad.

Sin embargo, el líder de la red terrorista Al Qaeda, Aiman al Zawahiri, llamo a sus seguidores a la resistencia: es necesario combatir unidos a los enemigos con la «yihad», dijo en un video difundido en la noche del domingo en canales propagandísticos extremistas. En él, Al Zawahiri critica a Trump, a quien considera «el verdadero rostro de los cruzados».

Frente a esos mensajes, el jefe de Gobierno israelí, Benjamin Netanyahu, consideró que la apertura de la embajada es un «día emotivo para el pueblo y el Estado de Israel». «Cuando el Señor devolvió Sión, nos pareció que estábamos soñando», escribió en Twitter, citando la Biblia.

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