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Por Cindy Regidor
Se registran diez personas muertas, decenas de heridos, incendios y saqueos debido a las protestas que se registran en todo el país contra las reformas al sistema de Seguridad Social, y luego con más convicción, contra la agresión y represión por parte de la Policía Nacional y las fuerzas de choque conocidas como Juventud Sandinista. La violencia escaló con el paso de las horas el viernes en la noche, hasta que el gobierno cedió y anunció que renegociará las reformas con la empresa privada; sin embargo, en la madrugada del martes miembros del ejército hicieron presencia en varios puntos de protesta al norte y pacifico del país.
Nicaragua vive su cuarto día consecutivo de protestas protagonizadas por la ciudadanía que se pronuncia en contra del gobierno y de la decisión que tomó unilateralmente de aprobar un paquete de reformas al sistema de pensiones que afecta a la empresa privada, jubilados y cotizantes. El gobierno ha ordenado la censura de canales de televisión independientes -uno de ellos continúa fuera del aire – y ha enviado a fuerzas de choque que agreden a manifestantes a la vista de oficiales de la Policía Nacional quienes también se encargan de sofocar las marchas con gases lacrimógenos y balas de goma, reportan medios locales e internacionales.
Se registran diez personas muertas y decenas de heridos, incluyendo una docena de periodistas a quienes, además les han robado o destruido equipos. La noche del viernes fuerzas del Ejército fueron desplegadas en Estelí, una de las ciudades donde ocurren las protestas.
Las manifestaciones dieron inicio el miércoles 18 de abril en Managua y desde entonces se han extendido e intensificado casi todos los departamentos del país como Masaya, Granada, León, Rivas, Chinandega, Carazo, Jinotega, Estelí y Matagalpa. Trabajadores de empresas privadas se han sumado a las protestas en Managua, algunos cantaban el himno nacional como forma de protesta ante los hechos ocurridos en las últimas horas.
En el centro de la capital, en la Catedral de Managua, este viernes antimotines reprimieron a los jóvenes que recolectaban víveres para los manifestantes, mientras otros oficiales policiales hacían lo mismo en las calles aledañas al requisar vehículos particulares y sustraer agua embotellada y otros productos. Situaciones similares se dieron en universidades públicas y privadas. Se registraron cortes momentáneos del fluido eléctrico en lugares donde se encontraban aglutinados protestantes como en dicho templo y en las ciudades de León y Masaya. En redes sociales y medios independientes circulan videos de patrullas policiales cargando piedras que luego son distribuidas entre los grupos de choque conocidos como la Juventud Sandinista.
Por otro lado, se registran múltiples incendios y destrozos en todo Nicaragua: en la capital varios de los llamados “árboles de la vida”, estructuras metálicas símbolo del gobierno actual, así como vallas publicitarias del presidente y la vice presidenta fueron destruidos, botados y quemados; se reportaron incendios a dos radioemisoras, una oficialista y otra independiente, una alcaldía, un recinto universitario, una patrulla policial. Hasta el momento se desconoce la cifra exacta de daños materiales a nivel nacional, pero se estima que ascienden a millones de dólares.
En Nicaragua las principales cámaras empresariales del país llamaron al diálogo y rechazaron las acciones represivas hacia manifestantes, a la vez que convocaron a una marcha por la paz este próximo lunes 23 de abril. Dirigentes de la Iglesia Católica llamaron al cese de la represión contra los manifestantes y pidieron que se logre un diálogo para buscar soluciones. El ex jefe del Ejército de Nicaragua y hermano del presidente Daniel Ortega también se sumó a los llamados en pro del cese a la represión y la censura de medios de comunicación.
Mientras Ortega continúa ausente, la noche del viernes su esposa y Vicepresidenta de la República Rosario Murillo anunció que aceptan el llamado de la empresa privada a dialogar para renegociar las reformas al sistema de pensiones. Murillo ha insistido en culpabilizar a un grupo de personas que llama minúsculo y que “con alevosía, agitan y alientan” las manifestaciones. Diversos grupos de manifestantes han expresado que rechazan un diálogo que gire únicamente en torno a las reformas a la Seguridad Social y en donde participen exclusivamente el sector privado y el gobierno, como ha sido la tónica en los últimos diez años. En cambio, piden un diálogo que abarque temas como la represión y censura, la necesidad de restaurar la democracia y la institucionalidad del país, la destitución de los dirigentes de la Policía Nacional y el Ejército de Nicaragua, entre otros temas.
El presidente Daniel Ortega se pronunció este sábado a mediodía sobre los recientes acontecimientos. Después de hacer un largo recorrido histórico desde la década de 1980 en adelante, en el que se atribuyó capacidad de diálogo y de búsqueda de la paz como uno de los principales personajes políticos de esas décadas en el país, Ortega acusó a minorías que, según él, buscan financiamiento en Estados Unidos para costear sus protestas. Dijo que las muertes fueron provocadas por “pandillas” que “siembran el terror y la inseguridad en todos los ciudadanos”.
Acto seguido, justificó las reformas a la Seguridad Social, dijo que son necesarias aduciendo que expertos internacionales han aconsejado tomar medidas drásticas para evitar la quiebra del Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS). Reiteró que están dispuestos a dialogar para valorar la mejor manera de aplicar los ajustes, anunció que estarían dispuestos a redactar medidas nuevas, si fuese necesario, y adelantó que la cámara de empresas privadas ya aceptó dialogar. No se refirió a la censura aplicada a medios locales independientes, ni a la represión ejercida por cuerpos policiales. Tampoco hizo referencia al resto de demandas que manifestantes han planteado. El pronunciamiento de Ortega se dio mientras en las calles continuaban las protestas, represión y agresiones hacia disidentes.
Tanto la Organización de Estados Americanos (OEA) como la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos se pronunciaron ante los hechos en Nicaragua. Luis Almagro, secretario de la OEA hizo un llamado “a la paz, al respeto de la institucionalidad y a esclarecer los crímenes” y Liz Throssell, portavoz de dicha oficina de la ONU expresó que “el Estado nicaragüense debe cumplir sus obligaciones internacionales para garantizar que las personas puedan ejercer libremente sus derechos a la libertad de expresión”. Nicaragüenses en el exterior se congregaron en los consulados en Miami, Florida, EE.UU., Madrid, España y San José, Costa Rica para sumarse a las protestas contra el gobierno y pedir paz.