Por ANDREA RODRÍGUEZ y MICHAEL WEISSENSTEIN,
LA HABANA
Agencia AP
Miguel Díaz-Canel se convirtió hoy en el nuevo presidente de Cuba y prometió servir a los intereses del pueblo, pero continuando la revolución socialista iniciada hace casi seis décadas por sus antecesores, los hermanos Fidel y Raúl Castro.
En su primer discurso como nuevo mandatario de la isla, Díaz-Canel señaló que Cuba vive momentos importantes en los que se debe modernizar su modelo económico y dijo que debe haber una dirección “más colectiva”, que facilite la participación popular.
Díaz-Canel, de 57 años de edad, fue elegido por 603 de los 604 parlamentarios de la Asamblea Nacional, en un momento que ha generado expectativas sobre si su llegada generará cambios para la isla.
“Aquí no hay espacio para una transición que desconozca o destruya el legado de tantos años de lucha”, anticipó Díaz-Canel.
“El mandato dado por el pueblo a esta legistatura es la de dar continuidad a la revolución cubana en un momento histórico crucial que estará marcado por todo lo que logremos avanzar en la actualización del modelo económico y social”.
Al lado de Díaz-Canel, el presidente saliente se puso de pie para aplaudir a su sucesor en Cuba, que por primera vez no tendrá en su máximo cargo a una persona que no se apellide Castro.
Raúl Castro, el mandatario saliente y que se mantendrá al frente del poderoso Partido Comunista, dijo que no duda que Díaz-Canel “tendrá éxito absoluto” en su nuevo papel.
Díaz-Canel subrayó que tiene un compromiso con el pueblo y el futuro de su país. Sin embargo, destacó que su antecesor Raúl Castro tendrá un papel fundamental en la nueva etapa.
“Reafirmo a esta asamblea que Raúl Castro, como primer secretario del Partido Comunista, encabezará las decisiones para el futuro del país», dijo.
El nuevo presidente entra en un momento en que el gobierno intenta garantizar la supervivencia en el largo plazo de uno de los últimos países comunistas del mundo.
Castro, de 86 años, seguirá siendo primer secretario del Partido Comunista de Cuba (PCC), que según la Constitución “es la fuerza dirigente superior de la sociedad y del Estado”. Esto supone por el momento será la persona con más poder en la isla.
Su salida de la presidencia es no obstante un momento cargado de simbolismo para un país que ha estado bajo el mando absoluto de una familia, los Castro, desde la Revolución Cubana. El primero en asumir el mando fue el líder revolucionario Fidel Castro y, en esta última década, su hermano menor.
Enfrentando a la realidad biológica pero todavía activo y con una aparente buena salud, Raúl Castro renunció a la presidencia en un esfuerzo por asegurar que los nuevos líderes pueden mantener el control del gobierno ante el estancamiento económico, el envejecimiento de la población y el creciente desencanto entre las generaciones más jóvenes.