La inquietud por estudiar en el extranjero motivó a que Maddalen Yarza, nacida en España, migrara al extranjero y radicara en lugares como Barcelona, Colombia, Guatemala y finalmente en Honduras donde actualmente reside junto con su familia, según el sitio electrónico Soy Migrante de la OIM.

Por Redacción La Hora
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Yarza relata que lleva más de seis años viviendo en Honduras, a donde llegó con 23, y desde muy joven se caracterizó porque sentía la necesidad de explorar otros lugares y eso la llevó a estudiar a Barcelona, siendo ella la única en su familia en concretarlo, puesto que sus hermanos prefirieron quedarse en la ciudad donde nacieron.

Antes de finalizar la universidad residió un verano en Colombia y fue allí donde tuvo su primera experiencia profesional en Latinoamérica.

“Viví unos meses en Guatemala, donde trabajé con Pueblos Indígenas. Para mí, que nunca he sido muy espiritual, esa experiencia tan bonita me sirvió para conocer muchas cosas sobre las creencias y tradiciones de las poblaciones ancestrales y la forma en que ellos entienden el mundo, su cosmovisión”, destacó.

Posteriormente, migró a Honduras a donde llegó con un contrato de un año, pero entendía desde el principio que se quedaría más tiempo porque al estar en varios lugares buscaba estabilidad.

NUNCA IMAGINÓ QUE SE CONVERTIRÍA EN MIGRANTE
A decir de Yarza, nunca imaginó que en algún momento sería migrante “aunque estoy muy adaptada, aquí también tengo algunos conflictos consecuencia de las diferencias culturales: cuando conduzco, cuando veo las injustas privaciones de las que son objeto tantas personas en Honduras. Pero al mismo tiempo me gusta mucho más la forma que tiene la gente de relacionarse, la calidez, la temperatura. El trópico es salud, el trópico es vida”.

Explicó que en Honduras conoció a su esposo, con quien formó una familia, por eso afirma que se siente agradecida con ese país porque le ha permitido conocer a muchas personas que hoy son grandes amistades y porque le ha permitido establecerse.
“El primer año de convivencia supusieron muchos cambios en nuestras vidas a las que nos hemos ido adaptando poco a poco, pero lo importante es que me siento muy bien, completamente feliz. Convivir con una niña es un regalo, una fuente de conocimiento y sabiduría. Ahora nuestro proyecto es hacer la familia más grande, un proyecto que nos ilusiona mucho a los tres”, agregó.

LE APASIONA EL TRABAJO
Yarza se ha destacado por su trabajo a diferentes niveles por los derechos de la niñez. Por la labor que ha realizado actualmente trabaja en un organismo internacional que colabora con gobiernos municipales e instituciones a nivel descentralizado. Ella considera que pueden hacer un cambio mucho más inmediato en la vida de las niñas y niños de Honduras.

Asimismo, se considera una amante de la planificación y de ahí parte su pasión por el trabajo y las políticas públicas, “también soy una persona que vive el presente, disfruto la vida en toda su extensión. Intento llevar a la práctica la máxima de mi suegra: la vida es hoy”.

Finalmente su mensaje a las personas migrantes, especialmente para los hondureños es que no bajen la guardia, porque “hay que tomar aliento, seguir adelante y luchar por una Honduras mejor”.

“Viví unos meses en Guatemala, donde trabajé con Pueblos Indígenas. Para mí, que nunca he sido muy espiritual, esa experiencia tan bonita me sirvió para conocer muchas cosas sobre las creencias y tradiciones de las poblaciones ancestrales y la forma en que ellos entienden el mundo, su cosmovisión”.
“Hay que tomar aliento, seguir adelante y luchar por una Honduras mejor”.
MADDALEN YARZA

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