Por Andrei Sokolov/dpa
Washington

Mark Zuckerberg salió bien parado de su primer día de comparecencias ante el Congreso estadounidense por el escándalo de la empresa Cambridge Analytica. Las duras críticas de muchos senadores quedaron frenadas por su falta de conocimiento experto sobre el tema, y al jefe de Facebook le quedó suficiente espacio de maniobra para esquivar los dardos.

La sencilla pregunta del senador demócrata por Illinois, Dick Durbin, de 73 años, sirvió para mostrar con claridad el valor de la esfera privada al cofundador de Facebook. «Señor Zuckerberg, ¿se sentiría cómodo diciéndonos el nombre del hotel en el que se quedó anoche».

El millonario reaccionó confundido. ¡Ah!, titubeó unos segundos mientras pensaba si responder, hasta que al final la zanjó cautelosamente con una sonrisa y un «no».

Durbin continuó: ¿y los nombres de las personas con las que ha intercambiado mensajes estos días? «No, senador, probablemente preferiría no hacer público esto aquí», señaló Zuckerberg nervioso. «Pienso que de esto es de lo que se trata» este encuentro de hoy, subrayó Durbin. «Del derecho a la privacidad, sus límites y a cuánto se renuncia en la América moderna en nombre de conectar a la gente por el mundo».

El intercambio fue uno de los más tensos de la sesión de cinco horas entre los más de cuarenta senadores y el director ejecutivo, de 33 años, a quien exigían explicaciones. Sin embargo, su falta de conocimiento sobre la forma de funcionamiento y el modelo de negocio de Facebook permitió a Zuckerberg esquivar con hábiles maniobras asuntos espinosos.

«Mi equipo se pondrá en contacto con usted» para responderle, respondió Zuckerberg a los senadores ayer en más de una decena de ocasiones. Por ejemplo, ante la pregunta de si Facebook sigue reuniendo información sobre las actividades de sus usuarios aunque hayan cerrado la sesión en un dispositivo. Pero también fue una fórmula útil para responder a preguntas formuladas de forma confusa o difíciles de entender.

En otros casos Zuckerberg repreguntaba de forma fría qué era exactamente lo que le querían decir, poniendo en serios aprietos a algunos políticos cuyas preguntas claramente habían sido escritas por sus asesores en temas online.

LA COMPARECENCIA DE ZUCKERBERG

Zuckerberg estaba considerado como alguien que no sobrellevaba bien la presión en comparecencias públicas con temas controvertidos, y como ejemplo de ello se suele citar su presentación en la conferencia del blog tecnológico «All Things D» de hace ocho años, cuando empezó a correrle el sudor por la cara de tal modo que tuvo que quitarse la sudadera con capucha.

Pero desde entonces el empresario ha sacado a Facebook a Bolsa, reunió experiencia como directivo de una gran empresa, tuvo dos hijos y conduce su firma por una de sus crisis más graves. Ayer demostró que puede hacer frente a los políticos estadounidenses. Su presentación estaba muy bien preparada, incluyendo un almohadón gordo sobre la silla en la que se sentó, para quedar más alto que la mesa situada delante de él.

Pese a todo, al CEO se lo veía muy nervioso al principio y su voz temblaba mientras reconocía por enésima vez que hubo errores y pedía disculpas. Pero con el paso del tiempo fue ganando confianza, contradijo a senadores e incluso los interrumpió. Como un mantra reiteró una y otra vez que Facebook no vende informaciones de sus usuarios, sino que permite el acceso de empresas de publicidad a sus miembros, y que los datos personales son propiedad de los usuarios.

Quedó sin respuesta, sin embargo, la pregunta del senador Jon Tester acerca de cómo es posible entonces que Facebook haga dinero con esos datos y que los usuarios no puedan hacer otra cosa con ellos que pedir que los borren.

En la audiencia se plantearon muchas cuestiones importantes. ¿Hay alternativas para un usuario de Facebook que no quiera seguir en la red social?, se preguntó el senador republicano Lindsey Graham. «Si me compro un Ford y no va bien y no me gusta, me puedo comprar un Chevy», puso como ejemplo con dos marcas estadounidenses de automóviles.

OTROS CUESTIONAMIENTOS PLANTEADOS

Zuckerberg aseguró que no se siente en una posición monopólica y recordó que hay otras aplicaciones que se han instalado los usuarios. El problema es que muchas otras redes sociales similares a Facebook acabaron desapareciendo en los últimos años porque los usuarios se pasaron a su competidora más grande.

El republicano John Kennedy hizo a Zuckerberg una crítica lapidaria: «Sus condiciones de uso son un asco». El objetivo del texto es proteger legalmente a Facebook, no informar a los usuarios de sus derechos. «Propongo que se vaya usted a su casa y las vuelva a escribir», dijo el senador por Louisiana, de 66 años, en un tono de maestro hablando a su alumno. «No quiero regular Facebook, pero por dios que lo voy a hacer». Dependerá del futuro comportamiento de la red social y de Zuckerberg si se llega a ello, añadió.

Y el senador John Cornyn le arrancó a Zuckerberg una frase que podría traer consecuencias. «Comparto la opinión de que tenemos una responsabilidad por los contenidos», dijo el CEO de Facebook, aunque más adelante subrayó que la red social es una plataforma que no produce contenidos y por tanto es ante todo una empresa tecnológica.

Sin embargo, la frase acerca de la responsabilidad sobre los contenidos podría respaldar a aquellos que defienden la opinión de que Facebook actúa en realidad como una compañía mediática.

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