BRASILIA,
Por Agencias/dpa

El Congreso de Brasil abrió hoy una sesión parlamentaria extraordinaria que debe decidir en las próximas horas sobre el futuro político del presidente Michel Temer, denunciado penalmente por corrupción y amenazado por un proceso de destitución.

La Cámara baja inició los debates poco después de la 09:30 de la mañana (hora local, 12:30 GMT), con la lectura de la acusación contra Temer, en la que se prevé como una jornada maratónica que podría acabar sólo en la noche.

En caso de que el Parlamento vote con una mayoría de dos tercios (342 de 513 diputados) a favor de que Temer sea juzgado, el líder conservador sería suspendido de inmediato por 180 días por el Tribunal Supremo y podría enfrentar un proceso de destitución («impeachment»), similar al que sacó el año pasado a Rousseff de la Presidencia.

Una derrota para Temer, sin embargo, es considerada como improbable, ya que el mandatario cuenta aún con amplios apoyos en la Cámara. Muchos diputados de su base parlamentaria, sin embargo, le han vuelto la espalda debido a la gravedad de las acusaciones en su contra.

Temer se reunió en los últimos días personalmente con varios diputados para intentar disuadirlos. Debido al tenso clima político y a posibles retrasos por múltiples acusaciones y réplicas, no se descartaba que la votación final se celebre incluso el jueves.

La apertura de la sesión fue interrumpida por varios diputados opositores, entre ellos miembros del izquierdista Partido de los Trabajadores (PT) de los ex presidentes Luiz Inácio Lula da Silva y Dilma Rousseff y del grupo ecologista Rede, que entraron al hemiciclo con pancartas con el lema «Fora Temer» («Fuera Temer»), el grito de guerra de los críticos del actual mandatario.

La fiscalía denunció en junio a Temer por corrupción, lavado de activos y asociación criminal, en un caso de sobornos vinculado con el grupo J&F, dueño de JBS, el mayor productor de carne del mundo.

El caso está enmarcado en la megacausa «Lava Jato» («Lavado de autos»), que desató una ola de escándalos en torno a casi toda la clase política brasileña hace tres años. La Justicia acusa a decenas de políticos de haber aceptado sobornos de empresas interesadas en hacer negocios con la petrolera estatal Petrobras.
Entre los acusados está también el ex presidente Lula da Silva, condenado hace unos días a nueve años y medio de prisión por corrupción en primera instancia. La sentencia debe ser confirmada aún por un tribunal de apelación.

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