Por SUSANNAH GEORGE y ZEINA KARAM
BAGDAD
agencia/AP

Militantes de la organización Estado Islámico y de agrupaciones vinculadas con Al-Qaeda están tratando de fomentar el furor en torno a un aumento en las bajas civiles causadas por los bombardeos aéreos de Estados Unidos en Siria e Irak, publicando en las redes sociales fotos de un centro médico destruido y de viviendas reducidas a escombros. «Así libera Trump a Mosul, matando a sus habitantes», dice un pie de grabado.

La propaganda refleja el riesgo de que la creciente destrucción y el aumento de las bajas afecten las campañas encabezadas por Estados Unidos en Siria e Irak.

En los dos últimos años la cantidad de bajas no fue un tema que empañase las acciones de la coalición internacional, en parte porque murieron pocos civiles y porque hubo pocos ataques en los que fallecieron grandes cantidades de personas. En Irak hay bastante apoyo hacia las acciones de combate de los estadounidenses contra los guerrilleros.

Pero por primera vez en bastante tiempo la pérdida de vidas está causando irritación en momentos en que fuerzas iraquíes apoyadas por fuego aéreo de la coalición penetran barrios densamente poblados de Mosul, la segunda ciudad más grande de Irak, y combatientes sirios apoyados por Estados Unidos libran batallas cerca del bastión del EI en Raqqa.

Esto puede empañar los éxitos militares de la coalición y alentar el resentimiento hacia Estados Unidos y los demás países que la integran.

Al menos 300 civiles han muerto en la ofensiva contra el EI en el sector occidental de Mosul desde mediados de febrero, según cifras de la oficina de derechos humanos de las Naciones Unidas, incluidos 140 fallecidos en una sola acción, un ataque contra un edificio el 17 de marzo. Hubo asimismo denuncias de que decenas de personas murieron el fin de semana pasado en otro bombardeo, según Amnistía Internacional, y en ataques similares en la vecina Siria el mes pasado.

En Siria se intensificaron los combates en torno a Raqqa y hubo 198 civiles muertos en marzo, incluidos 32 menores y 31 mujeres, comparado con 56 en febrero, de acuerdo con el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, que documenta lo que ocurre en la guerra de Siria. Entre septiembre del 2014 y febrero del 2017 ha habido un promedio de 30 civiles muertos por mes, según el Observatorio.

Estados Unidos está investigando el papel que desempeñaron sus fuerzas en el ataque del 17 de marzo en Mosul. Funcionarios estadounidenses e iraquíes han dicho que el otro bando puede haber congregado a los civiles deliberadamente en el edificio y colocado explosivos. El ataque destruyó totalmente toda una cuadra, en la que solo quedan escombros.

Entre los que perdieron a seres queridos parece culparse a la coalición y a las fuerzas que apoya.

«¿Cómo puede ser que usen semejante artillería contra blancos civiles?», preguntó Bashar Abdullah, residente de un barrio llamado Nuevo Mosul que perdió más de una docena de familiares en el ataque del 17 de marzo. «Las fuerzas iraquíes y estadounidenses nos aseguraron que (la expulsión del EI de Mosul) sería algo fácil, por eso la gente no se fue de sus casas. Se sentían seguros».

Los combatientes del EI han usado a los civiles como escudos humanos en el pasado y han impuesto un reino del terror en los territorios que controla en Siria e Irak, obligando a las mujeres a servir como esclavas sexuales, decapitando o matando a tiros a presuntos opositores y destruyendo sitios arqueológicos. Casi todos los días se descubre alguna fosa común en territorios que supo controlar EI.

Ahora, la organización explota las bajas civiles en su campaña propagandística.

Hace poco publicó en la web fotos de la Facultad de Medicina de Mosul, destruida en bombardeos, y dijo que los estadounidenses eran los «mongoles de la era moderna», que matan y destruyen con la excusa de que están liberando a la gente. Una serie de fotos de viviendas destruidas por aviones estadounidenses decía: «Así es como Trump libera Mosul, matando a sus habitantes bajo los escombros de casas bombardeadas por aviones estadounidenses para cantar victoria».

En Siria, EI y otras agrupaciones extremistas están diciendo que los estadounidenses y también los rusos, que apoyan al gobierno del presidente Bashar Assad, desestiman por igual las vidas de los civiles.

Incluso algunos sectores sirios de oposición que apoyan a Estados Unidos han criticado los bombardeos y han dicho que podrían constituir crímenes de guerra.

Un análisis de la consultora Soufan Group dice que las denuncias de atrocidades perpetradas por la coalición «seguramente van a ayudar a formar la opinión pública cuando Mosul y Raqqa sean reconquistadas, sirviendo los objetivos de la próxima fase en la existencia del Estado Islámico».

Joseph Scrocca, vocero de la coalición encabezada por Estados Unidos, admitió que hubo un aumento en las bajas de civiles, que podría hacer cambiar la forma en que se maneja la coalición. Pero aseguró que «la coalición no va a huirle al combate cuando las cosas se ponen feas o porque hay muchas presiones. Eso es lo que quiere el EI».

Abdullah, el residente de Nuevo Mosul, mientras tanto, enterró a 13 miembros de su familia en un solo día.

Parado frente a un terreno donde se está enterrando gente, comentó: «Esto no es una liberación. Es una destrucción».

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