POR DPA/ WASHINGTON

El presidente estadounidense, Donald Trump, firmó hoy dos órdenes ejecutivas para avanzar en la construcción de dos oleoductos que habían sido bloqueados por su antecesor, Barack Obama, por preocupaciones sobre su impacto en el medio ambiente.

Uno de ellos es el oleoducto Keystone Pipeline, que va de Canadá a Estados Unidos. Éste y otros ductos de la empresa TransCanada tienen capacidad para bombear a diario hasta 830 mil barriles de petróleo obtenido de arenas bituminosas hasta la costa en Texas, cruzando Estados Unidos.

En 2015, Obama rechazó construir el oleoducto para trasladar petróleo desde la frontera con Canadá hasta el Golfo de México, tras una revisión por parte del Departamento de Estado. Al comunicar su decisión el entonces presidente declaró que «Keystone no sirve a los intereses de Estados Unidos». Antes, había manifestado que solo daría luz verde al oleoducto había garantía de que contribuiría al cambio climático.

El proyecto fue objeto de continuas campañas de organizaciones ecologistas en su contra.

A respecto, Obama dijo: «Si queremos prevenir los peores efectos del cambio climático antes de que sea demasiado tarde, el momento de actuar es ahora».

El segundo oleoducto que autorizó Trump está en Dakota del Norte y transportará petróleo desde miles de zonas de perforación para fracking al estado de Illinois. La ruta prevista pasa por una reserva indígena. Como empresario, Trump había invertido fuertemente en la empresa operadora del ducto ETP.N y un holding, Phillips 66.

El oleoducto de 1.931 kilómetros (1.200 millas) y 3.800 millones de dólares llevará crudo de North Dakota a través de South Dakota a Iowa a un centro de transporte en Patoka, Illinois. Bordearía la reservación Standing Rock Sioux que se extiende por la frontera de las Dakota.

La tribu objeta el proyecto, diciendo que podría poner en peligro el agua potable y destruir lugares sagrados. La tribu ha demandado a reguladores federales por aprobar permisos en más de 200 cruces de agua.

En 2016, manifestantes protestaron contra el oleoducto durante meses en North Dakota, incluso llegando a tener enfrentamientos con la policía y guardias de seguridad. Como parte de estas protestas, cientos y a veces miles de personas acamparon en terreno federal. Más de 400 manifestantes fueron arrestados.

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