PARÍS
AP
Suena descabellado organizar una conferencia de paz para Medio Oriente sin los israelíes, palestinos o el gobierno entrante estadounidense. Sin embargo, los organizadores franceses dicen que de eso se trata.
Quieren que el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu y el presidente electo Donald Trump vean que la mayor parte del mundo quiere la solución de los dos estados y está harto de décadas de conflicto.
Pero en vista de que un acuerdo de paz podría demorar años -tal vez una generación_, el presidente francés Francois Hollande cree que no hay nada que perder.
Diplomáticos franceses temen que Trump cause nuevas tensiones en la región al condonar los asentamientos en tierras que reclaman los palestinos y al trasladar posiblemente la embajada de Estados Unidos al disputado Jerusalén.
Es por eso que más de 70 ministros de exteriores y otros importantes enviados se reunirán en París para pedir la creación de un estado palestino.
Netanyahu opina que la conferencia está «manipulada» contra Israel y se niega a asistir. Incluso los organizadores del evento saben que es simbólico; no se esperan avances. Está encaminada a presentar a Trump una búsqueda colectiva internacional de la paz una vez que asuma el cargo el viernes.
Para el gobierno saliente de Barack Obama, el encuentro del domingo representa el fin más amargo y decepcionante de ocho años de fallida diplomacia israelí-palestina. Días antes de dejar el cargo, el secretario de Estado John Kerry participará del evento en París, aunque solo para asegurar que se exprese el interés de Estados Unidos en la solución de dos estados.
De acuerdo con un borrador obtenido por The Associated Press ayer, la conferencia exhortará a Israel y a los palestinos a «volver a afirmar oficialmente su compromiso en la solución de los dos estados». También afirmará que la comunidad internacional «no reconocerá» cambios a los límites de Israel anteriores 1967 sin que exista un acuerdo entre ambas partes.