JOHANNESBURGO, Sudáfrica
AP
Otro grupo humanitario se sumó hoy a las peticiones para que Kenia no cierre el campo de refugiados más grande del mundo, señalando que la decisión presiona a decenas de miles de refugiados somalíes para que regresen a su muy inestable país.
Los refugiados somalíes en el campo de Dabaab, en Kenia, dicen sentirse presionados para volver a Somalia, donde continúan los ataques del grupo extremista islámico Al Shabab y el hambre es rampante, según un nuevo informe de Refugees International.
La agencia de refugiados de Naciones Unidas «afirma que sólo apoya los regresos voluntarios, pero ninguno de los refugiados con los que hablamos en Dabaab dijo que sintiera tener mucha opción», dijo Mark Yarnell, que escribió el reporte tras visitar Dabaab y Somalia. «El que no haya otra opciones disponibles es un fracaso de la respuesta internacional a los refugiados».
El informe pide que Kenia suspenda su fecha límite del 30 de noviembre para cerrar el campo, que existe desde hace un cuarto de siglo y acoge a más de 250 mil personas. Se extiende por una árida región cerca de la frontera con Somalia, donde muchos refugiados nacidos en el campo no han estado nunca.
Grupos como Médicos Sin Fronteras, Human Rights Watch y el Consejo Noruego para los Refugiados han expresado su alarma en las últimas semanas por la supuesta presión de Kenia sobre los refugiados somalíes para que se marchen. Gran parte de Somalia sigue siendo insegura y la ayuda para los que regresan es limitada, señalan.
Kenia ha expresado su preocupación por que Al Shabab, con sede en Somalia, utiliza a algunos residentes del campo para lanzar ataques dentro de Kenia. Las repatriaciones serán voluntarias y humanas, afirmó el presidente de Kenia, Uhuru Kenyatta.
El reporte de Refugees International insta a la agencia de refugiados de la ONU a dar a los residentes de Dabaab «información fiable» sobre la situación de seguridad en Somalia cuando consideren si regresan.
