ANKARA, Turquía
AP

Una serie de atentados contra las fuerzas de seguridad turcas dejaron por lo menos 11 muertos y 226 heridos, informaron hoy las autoridades.

Dos de los ataques fueron contra cuarteles policiales en el este de Turquía, mientras el tercero ocurrió en una carretera y fue contra un vehículo militar que llevaba soldados en el sudeste del país.

Las autoridades culparon al Partido de los Trabajadores del Kurdistán, o PKK, que ha iniciado una campaña de atentados contra comisarias o bombas camineras contra autos de la policía. La semana pasada, el comandante del PKK Cemil Bayik amenazó con incrementar sus ataques contra el cuerpo en ciudades turcas.

La ola de ataques ocurre en momentos en que gobierno de Turquía lanza una ofensiva contra seguidores de Fetula Gulen, un clérigo islámico que vive en Estados Unidos. El gobierno acusa a Gulen de haber organizado el intento de golpe de Estado del mes pasado.

La primera bomba estalló en una comisaría de la provincia oriental de Van y mató a un agente y dos civiles anoche. Al menos 73 personas más -53 civiles y 20 policías- sufrieron heridas.

Horas más tarde de la primera explosión, otro carro bomba sacudió una sede policial en Elazig, una ciudad en el este del país, matando a al menos tres agentes e hiriendo a 146 personas, dijo el gobernador de la región, Murat Zorluoglu. De ellos, al menos 14 están en estado crítico, agregó.

Imágenes de video mostraron una gran columna de humo en la zona. Había carros volteados y las ventanas de un edificio de cuatro plantas quedaron destrozadas.

Entretanto en la provincia de Bitlis en el sudeste del país, cuatro soldados murieron cuando los rebeldes detonaron una bomba justo cuando pasaba su vehículo, informaron las autoridades. Otros siete soldados resultaron heridos en el ataque. Un guardia de seguridad que ayudaba a las fuerzas oficialistas a luchar contra los insurgentes también perdió la vida en una batalla con los rebeldes en la provincia, reportó la agencia noticiosa Anadolu.

El primer ministro Binali Yildirim acudió a Elazig a inspeccionar la escena de la violencia y visitar a los heridos.

Dijo a reporteros que tanto el PKK como el movimiento de Gulen tienen la misma intención de hacerle daño al país, pero no dio detalles.

El movimiento de Gulen «ha perdido fuerza y le ha entregado el poder al (PKK)», manifestó Yildirim. «La inteligencia que los dirige es la misma. Cuando acaba el deber de uno, lo asume el otro».

Los enfrentamientos entre PKK y fuerzas de seguridad turcas se reanudaron el año pasado tras el fracaso de un delicado proceso de paz. Desde entonces, más de 600 agentes turcos y miles de miembros del PKK perdieron la vida, según Anadolu. Grupos de derechos humanos apuntan que en los choques fallecieron también cientos de civiles.

El conflicto se ha cobrado decenas de miles de víctimas desde el que PKK tomó las armas para conseguir la independencia del suroeste de Turquía en 1984. Ankara y sus aliados consideran que el PKK es una organización terrorista.

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