Madrid
DPA

La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, actualmente suspendida de sus funciones, aseguró que se siente «la Cenicienta» de los Juegos Olímpicos que arrancan el viernes en Río de Janeiro por haber sido invitada a la apertura y no poder presidir la ceremonia.

«Imagina que vas a dar una fiesta, trabajas durante varios años para la fiesta, montas las condiciones, colocas la iluminación, llamas a la prensa… Y el día de la fiesta alguien llega, toma tu lugar y se apropia de la fiesta», expresó en una entrevista publicada hoy por el diario español «El Mundo».

«En esta historia de los Juegos, yo soy la Cenicienta, la invitan a la fiesta pero se tiene que ir antes, vive en las cenizas», añadió.

Rousseff está pendiente del juicio en el que se decidirá si se pone o no fin a su mandato, después de que el Senado la suspendiera en mayo provisionalmente por presuntos delitos vinculados a maniobras contables que habrían ocultado la situación económica del país.

La mandataria confía en que los Juegos de Río, los primeros en Sudamérica, den «una visibilidad mayor a los movimientos» a su favor, en pleno proceso de destitución («impeachment»). Si es absuelta, regresará a sus funciones, que actualmente asume Michel Temer. Rousseff lo acusó de conspirar contra ella.

«No solo le considero un traidor, sino también un usurpador. Conspiró para el golpe. Se alineó con el expresidente de la Cámara (Eduardo Cunha) en un proceso de ‘impeachment’ que fue conducido de forma poco ética conmigo y con la población», aseguró.

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