Buenos Aires
DPA

El presidente argentino, Mauricio Macri, evitó hoy comentar el cacerolazo ciudadano de ayer contra el alza de las tarifas de los servicios públicos, mientras que otras voces cercanas al Gobierno minimizaron la primera protesta en sus siete meses de gestión.

Macri lanzó el Plan Nacional de la Juventud en Buenos Aires sin hacer referencia al «ruidazo», como se denominó la protesta, en la que miles de personas salieron a las calles a repudiar el fuerte aumento de los precios del gas, la luz y el agua dispuesto por el Gobierno, que alcanzó entre un 100 y un 700 por ciento según los casos.

El encargado de difundir la posición de la coalición gobernante Cambiemos fue el diputado Pablo Tonelli, quien aceptó el «derecho a protestar» de los ciudadanos pero le bajó el tono.

«No hacen falta los cacerolazos porque este gobierno se ha caracterizado siempre por estar abierto al dialogo», declaró el legislador a radio Nacional.

«Más que protestar, es más productivo sentarse a una mesa y discutir las tarifas y sus limitaciones», señaló Tonelli, quien, no obstante, aclaró que «la gente tiene todo el derecho del mundo de expresarse y que lo haga en libertad y pacíficamente».

Los reclamos de los ciudadanos y de las asociaciones de consumidores llevaron al Gobierno a limitar esta semana el aumento de las tarifas de gas a un máximo de un 400 por ciento.

«Yo defiendo el aumento en términos conceptuales, era ineludible, si no íbamos a estar en una situación parecida a Venezuela. Era ineludible un fuerte aumento de las tarifas, pero hubo ajustes y errores y una combinación de aumento de tarifas y de consumos por el frío», explicó el legislador oficialista.

El ministro de Energía, Juan José Aranguren, fue uno de los funcionarios más repudiados durante las protestas populares que se registraron en las principales plazas y avenidas de distintas ciudades del país.

Artículo anteriorBrasil revisará la seguridad de los JJ. OO. tras atentado en Francia
Artículo siguienteEl Salvador: suspenden temporalmente extradición por asesinato de jesuitas