Un hombre escoge una papeleta antes de votar dn las elecciones generales en Barcelona, España, el domingo 25 de junio de 2016. Los españoles votaron el domingo en unos comicios sin precedentes que pretendían romper seis meses de estancamiento político tras las inconcluyentes elecciones de diciembre. (AP Foto/Emilio Morenatti)

Por BARRY HATTON y TERESA MEDRANO

MADRID

Agencia AP

Los españoles acudían este domingo a votar, en una repetición sin precedentes de las elecciones que pretende acabar con seis meses de estancamiento político. El país lleva sin un gobierno electo desde los inconcluyentes comicios de diciembre.

Los sondeos de opinión de las últimas semanas han coincidido en señalar que la votación del domingo tampoco ofrecerá escaños suficientes a ningún partido para conseguir el poder en solitario.

Eso implicaría probablemente que España se encamina a otro largo periodo de negociaciones políticas, y quizá otras elecciones si no se alcanza un acuerdo.

La publicación de sondeos está prohibida en España en la última semana de campaña, pero las últimas encuestas publicadas apuntaban a que el conservador Partido Popular, liderado por el actual presidente en funciones, Mariano Rajoy, sería el más votado pero volvería a quedarse por debajo de la mayoría parlamentaria.

Según la Constitución española, un candidato necesita ganar una votación de investidura en el Parlamento con el apoyo de más del 50% de los 350 diputados para formar gobierno. Si no alcanza esa cifra se celebra una segunda votación 48 horas más tarde donde sólo necesita una mayoría simple, un criterio menos exigente que permite a los partidos abstenerse de la votación y permitir que otro candidato forme gobierno a cambio de concesiones.

Las negociaciones políticas podrían verse complicadas por el creciente apoyo a una nueva alianza de ultraizquierda llamada Unidos Podemos, que se espera termine en segundo lugar.

Se espera que ese grupo, que incluye al partido radical de izquierdas Podemos y a Izquierda Unida, termine segundo. Eso relegaría al tercer puesto al moderado Partido Socialista, de centroizquierda, que tradicionalmente se ha alternado en el poder con el PP. En cuarto lugar quedaría Ciudadanos, una formación centrista próxima al mundo empresarial.

Las elecciones en España se producen cuatro días después de que Gran Bretaña votara en un referendo a favor de abandonar la Unión Europea. Antonio Barroso, analista en Londres de la consultora de riesgo político Teneo Intelligence, indicó que es «improbable» que esa decisión tenga mucha influencia en los comicios españoles.

«Sin embargo, la actual inestabilidad de los mercados encaja bien con el mensaje de campaña de… Rajoy, que ha planteado las elecciones como una decisión entre la estabilidad económica y un gobierno radical de izquierdas posiblemente liderado por Podemos y sus aliados», dijo Barroso el viernes en un análisis de la situación.

Las urnas abrieron a las 9 de la mañana (0700 GMT) y tenían previsto cerrar a las 8 de la tarde (1800 GMT), salvo en el archipiélago canario, situado en un huso horario diferente, con una hora de retraso respecto al resto del país. Se esperaba que los primeros sondeos a pie de urna se conocieran unos minutos después del cierre de colegios electorales, y un recuento de la mayoría de los sufragios para las 11 de la noche (2100 GMT). Aproximadamente 36,5 millones de votantes estaban llamados a las urnas.

El descontento público sobre el alto desempleo, los recortes en los apreciados servicios públicos como sanidad educación y los incesantes escándalos de corrupción política han marcado las dos semanas de campaña electoral.

En un centro de votación en un soleado día en Madrid, muchos votantes dijeron que querían que las elecciones marquen una ruptura respecto al pasado recinete.

«Voto por un cambio, para que nuestros políticos se den cuenta de que no estamos de acuerdo con lo que están haciendo», dijo María Jesús Genovar, profesora de 47 años que apoyaba a Unidos Podemos.

Entre otras cosas, la coalición de ultraizquierda quiere mejorar la seguridad laboral, aumentar el salario mínimo y reforzar el estado del bienestar y otros servicios públicos.

Pero María José Escos, funcionaria de 59 años, se mostró poco convencida por los nuevos partidos y la posibilidad de un cambio radical.

«Me gustaría que todo siga igual, como antes», dijo, añadiendo que mantendría su apoyo a los socialistas.

Después de las elecciones de diciembre, Rajoy no logró apoyo suficiente entre los demás partidos para formar un gobierno en minoría o una coalición.

Las negociaciones entre los diferentes partidos se arrastraron durante meses cuando Pedro Sánchez, líder de los socialistas, que quedaron en segundo lugar, tampoco consiguió un acuerdo que le permitiera gobernar.

Los gobiernos españoles han alcanzado pactos puntuales en el pasado, pero no han formado coaliciones formales.

Pablo Iglesias, el profesor universitario que lidera Unidos Podemos, ha reiterado que quiere alcanzar un acuerdo con los socialistas para expulsar a Rajoy del gobierno. Pero un gran obstáculo para ese acuerdo es la insistencia de Iglesias de celebrar un referendo de independencia en la poderosa región nororiental de Cataluña, una posibilidad que los principales partidos han rechazado de plano.

Ciudadanos ha expresado su voluntad de negociar con el conservador PP o con los socialistas, pero descarta un acuerdo con Unidos Podemos.

Además de las tensiones sobre Cataluña, el debate político en España se ha visto dominado por una tasa de desempleo que supera el 20% desde hace casi siete años, la más alta de la UE después de Grecia, así como por una serie de escándalos de corrupción que en su mayoría implicaban al Partido Popular y a los socialistas.

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