Ámsterdam/Atenas
Agencia dpa

La Unión Europea (UE) está aumentando la presión sobre Grecia exigiendo que controle de forma más efectiva el flujo de refugiados a su territorio, mientras que Austria llegó incluso a sugerir que el país podría quedar excluido de la zona Schengen de libre circulación de personas.

«Si no se logra asegurar las fronteras externas europeas como la turca-griega, entonces la frontera externa Schengen tendrá que retirarse hacia Europa Central», amenazó hoy la ministra del Interior austriaca, Johanna Mikl-Leitner, antes de la reunión de ministros del Interior de la UE en Ámsterdam para debatir su respuesta a la crisis, con la atención centrada en los controles fronterizos.

Grecia es la puerta de entrada de la mayoría de refugiados y migrantes que llegan a Europa, que superaron el millón el año pasado. La mayoría llega desde Turquía a Grecia y desde allí continúan su ruta por los Balcanes para alcanzar las naciones del norte de Europa.

Grecia ha sido acusada de permitir durante mucho tiempo el movimiento de los migrantes por su territorio sin ningún tipo de control. Además, tiene que patrullar su frontera con Turquía, que es frontera exterior de la zona Schengen, integrada por 26 países.

«Se le está pidiendo a Grecia que haga todo lo posible para utilizar sus recursos (…) para asegurar su frontera externa», señaló la ministra austriaca. «Es un mito pensar que la frontera greco-turca no puede ser asegurada. La Marina griega tiene capacidad suficiente para protegerla», señaló.

Sin embargo, la Comisión Europea rechazó la sugerencia de que Grecia sea excluida de la zona Schengen. «No hay planes para excluir a Grecia de nada. Nunca hemos debatido ni una suspensión de Schengen ni la exclusión de ningún miembro», señaló Natasha Bertaud, una portavoz del Ejecutivo comunitario.

También el ministro alemán del ramo, Thomas de Maizière, dijo a la prensa que se presionará a Atenas para que «Grecia haga sus deberes». «Necesitamos un descenso duradero, sostenido y sensible del número de refugiados e incluso que sea visible en las próximas semanas», señaló. «El tiempo corre», dijo al tiempo que no descartó una eventual exclusión de Grecia de la zona Schengen.

El ministro alemán recordó que como tarde en mayo su país debe decidir sobre una posible extensión de los controles provisionales en sus fronteras. Para aprobar esos controles se necesita determinar que hay un déficit «permanente» en la protección de las fronteras exteriores de la UE, donde Grecia juega un importante papel.

«Tenemos que estudiar el lugar de Grecia en Schengen», expresó por su parte el ministro belga, Jan Jambon.

Otros ministros rechazaron la idea. «No creo que debamos hacerlo», defendió el viceprimer ministro luxemburgués, Etienne Schneider. «En ningún caso debemos abandonar Schengen, sería el fin de la UE». La misma postura defendió el ministro del Interior italiano, Angelino Alfano.

«Schengen y la libertad de movimiento es uno de los mayores logros de la integración europea. Tenemos que hacer todo lo posible para salvaguardarla», dijo el comisario de la UE de Migración, Dimitris Avramopoulos, en una entrevista con el diaro italiano «Il Messagero».

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