Rodeado por policías, un clérigo musulmán habla a la multitud durante una manifestación en protesta por la ejecución del clérigo saudí chií Sheikh Nimr al-Nimr, cuya imagen aparece en un póster atrás, frente a la embajada saudí en Teherán, Irán, el domingo 3 de enero de 2016. (Foto AP/Vahid Salemi)

Manama/El Cairo/Jartum,

Agencia dpa
Arabia Saudí recibió hoy apoyos tras anunciar la ruptura de relaciones diplomáticas con Irán la noche del domingo: su vecino Bahréin y Sudán siguieron hoy sus pasos, mientras los Emiratos Árabes Unidos (EAU) optaron por degradar las relaciones con el país persa.

El gobierno dio un plazo de 48 horas a los diplomáticos iraníes para que abandonen el país, al tiempo que cerró su misión diplomática en Teherán y retiró a su personal del país.

La decisión es una reacción a la creciente «abierta y peligrosa injerencia» de Irán no sólo en asuntos de Bahréin, sino también en los de otros Estados árabes, señala el texto. Bahréin acusó además a Teherán de apoyar a los terroristas, así como de causar alboroto y destrucción.

El gobierno de Manama también condenó el asalto a la embajada saudí en Teherán en la noche del sábado al domingo, tras lo cual Riad decidió cerrar su misión diplomática y retirar a su personal del país. Los asaltantes eran personas que protestaban por la ejecución del clérigo chiita Nimr al Nimr, junto con otros 46 condenados, en Arabia Saudí, lo que desencadenó las recientes tensiones.

Bahréin, gobernado por una casa real sunita y estrecho aliado de su vecino saudí, tomó la decisión tras vivir también dos días de manifestaciones de su población en protesta por la ejecución del clérigo.

Durante la Primavera Árabe, el gobierno bahreiní, gobernado por una casa real chiita pero cuya población es de mayoría chiita, sofocó con violencia protestas de la población con el apoyo de la vecina Arabia Saudí.

Otro vecino regional, los Emiratos Árabes Unidos, se solidarizaron también con Arabia Saudí pero optaron por degradar las relaciones con el país persa retirando a su embajador y reduciendo el personal diplomático en lugar de romperlas.

Sí siguió ese paso el gobierno de Sudán, «en solidaridad con Arabia Saudí», informó hoy la agencia oficial de noticias SUNA. El gobierno del país del este de África condenó el asalto a la embajada saudí en Teherán calificándolo como un «incidente brutal» que viola la ley internacional, así como el ataque a su consulado en Mashhad, informó el Ministerio de Exteriores en un comunicado.

La comunidad internacional está preocupada por la escalada de las tensiones regionales. Rusia se mostró hoy dispuesta a mediar en el conflicto diplomático abierto entre Irán y Arabia Saudí, informó la agencia de noticias Interfax citando fuentes del Ministerio de Exteriores en Moscú. «Abogaremos siempre por un acercamiento entre Teherán y Riad», dijo un diplomático ruso. Sin embargo, Rusia no habló aún con ninguna de las dos partes.

También el gobierno de Alemania llamó hoy a los dos países a retomar el camino del diálogo y dijo haber recibido «con el mayor de los pesares» la noticia de ruptura de relaciones diplomáticas entre las dos principales potencias de la zona, que se disputan la influencia en la región.

La relación de Irán, chiita, y Arabia Saudí, sunita, es tensa debido a su lucha por imponer su influencia a la región. Además de las disputas religiosas y geopolíticas, se enfrentan de forma indirecta en conflictos abiertos como los de Yemen y Siria, donde defienden a partes enfrentadas.

Mientras tanto, en Arabia Saudí se vivió tensión en la zona oriental de mayoría chiita. Un civil falleció y un niño de ocho años resultó herido durante un ataque contra la Policía en Awwamiyeh, la ciudad natal de Al Nimr. La región de Qatif, donde se encuentra la casa natal del clérigo ejecutado, es uno de los bastiones de los chiitas en Arabia Saudí. En la zona se produjeron en los últimos años numerosas protestas contra la represión que sufre la minoría chiita en el país.

También en Irak se vivieron tensiones: dos mezquitas sunitas fueron dinamitadas durante la pasada noche y un almuédano fue abatido a tiros en una serie de ataques sectarios en el país. La ejecución de Al Nimr había desatado el fin de semana violentas reacciones entre políticos y religiosos chiitas de Irak.

La ejecución del clérigo, condenado a muerte en 2014 bajo la acusación de incitación a la violencia sectaria y desobediencia, también fue criticada por organizaciones defensoras de los derechos humanos, que consideraron que fue sometido a un juicio injusto. Sus seguidores aseguran que sólo había llamado a protestar pacíficamente y criticado el gobierno de la casa de Al Saud que gobierna Arabia Saudí.

Organizaciones defensoras de los derechos humanos criticaron además la ejecución en masa de los otros 46 condenados el sábado en Arabia Saudí por cargos relacionados con el terrorismo y la incitación a la violencia.

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