LONDRES
AP
El último residente británico preso en Guantánamo afirma que el ex primer ministro Tony Blair y otros altos funcionarios deberían recibir inmunidad legal para revelar lo que saben sobre la complicidad británica en los abusos durante la llamada guerra antiterrorista.
Shaker Aamer, de 48 años, fue puesto en libertad en octubre después de casi 14 años en la cárcel estadounidense en Cuba.
Aamer dijo a ITV News que «debemos oír la verdad» de Blair y otros, pero «no van a oír la verdad de esa gente si están asustados».
En la entrevista difundida hoy, dijo que deseaba una investigación que sacara a luz la verdad pero que «nadie debería ser juzgado por lo que ocurrió en el pasado».
Aamer afirma que fue torturado por las fuerzas estadounidenses en Afganistán y Guantánamo, y que los agentes de la inteligencia británica sabían del abuso.
El gobierno británico dice que se opone a la tortura en todas las circunstancias.
En otra entrevista, Aamer dijo a la BBC que no planeaba demandar al gobierno británico por su detención.
Aamer —un ciudadano saudí que se casó con una británica y se radicó en Londres a mediados de los años 90— dice que se mudó a una zona de Afganistán controlada por el Talibán porque deseaba vivir en un país musulmán. En el caos que sucedió a la invasión encabezada por Estados Unidos en el 2001, fue capturado por la Alianza Norteña, grupo antitalibán, y entregado a las fuerzas estadounidenses. Fue enviado a Guantánamo en febrero del 2002.
El Departamento de Defensa estadounidense dijo que Aamar compartía un departamento a fines de los años 90 con Zacarias Moussaoui, que fue condenado por participar en la conspiración del 11 de septiembre del 2001, y que recibió un estipendio de Osama bin Laden, ex jefe de al Qaeda.