París
Agencia dpa
«Ahora más que nunca», afirmó la secretaria ejecutiva de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, Christiana Figueres, pocas horas después de los devastadores atentados en París. El Gobierno francés tampoco estuvo dispuesto a renunciar a la cumbre climática que comenzará el próximo lunes en la capital francesa.
Que más de 130 jefes de Estado y de Gobierno lleguen a la ciudad azotada por el terrorismo apenas tres semanas después de los ataques, no solo pretende demostrar que se toman muy en serio los riesgos del cambio climático. También pretende ser una demostración de que la comunidad internacional no se someterá a los dictados de los fundamentalistas islamistas.
Para los representantes de las 195 naciones que participarán, la cumbre no solo será tensa por las enormes medidas de seguridad que rodearán Le Bourget, el lugar elegido como sede. Lo cierto es que existen serias dudas respecto de que el nuevo acuerdo climático, que se debería aplicar a partir del año 2020, llegue a aprobarse.
Parece además bastante claro que las medidas anunciadas por los participantes en la cumbre para limitar las emisiones de gases de efecto invernadero no son suficientes. Incluso aún cumpliendo todo lo prometido, la temperatura del planeta aumentará unos 2.7 grados desde la época preindustrial, calculó la ONU.
Los científicos, sin embargo, suponen que las consecuencias de un cambio climático solo serían soportables si el aumento de la temperatura del planeta no supera los 2 grados.
La pregunta que surge hoy en día es: ¿Se puede considerar que es un objetivo realista? Para Anders Levermann, del Instituto de Potsdam para la Investigación del Impacto Climático, la respuesta es sí. «No debemos caer en el pesimismo ahora, aún no es demasiado tarde», sostuvo.
Un requisito que él considera necesario para poder alcanzar satisfactoriamente la meta de los dos grados es un mayor compromiso por parte de los estados industrialiazados de alejarse de los combustibles fósiles.
Algunos estados mostraron su predisposición a ir más allá en los acuerdos firmados y se espera que en la cumbre climática se firme un mecanismo de ajuste ambicioso. Esto significaría que todos los estados participantes deberían aumentar sus esfuerzos para reducir las emisiones de CO2 y otros gases de efecto invernadero acordados hasta el año 2020.
Se espera que el avance de la tecnología ayude a aumentar la cuota de energías renovables en todo el mundo. Se trata entonces de revisar los objetivos climáticos cada cinco años. Esto último sin embargo aún no está decidido.
Los países del Golfo Pérsico como Arabia Saudita son uno de los principales obstáculos en la firma de acuerdos para esta cumbre climática, puesto que para ellos, la exportación de petróleo y gas supone, de lejos, su mayor fuente de ingresos. Sin embargo, los habitantes del Golfo Pérsico, junto con los de pequeños estados insulares, serían de los que más afectados se verían por el calentamiento global.
Investigadores del Instituto de Tecnología de Massachusetts opinan que, de no realizar un cambio radical, habrá lugares en la región que serán totalmente inhabitables en el año 2070.
«En el caso de un aumento de 1.5 grados, perderíamos ya casi la totalidad de los arrefices de coral», asevera Levermann. También afirma que la subida del nivel del mar por el calentamiento durante el próximo siglo no debe preocupar a los habitantes de zonas costeras, puesto que habría tiempo para trasladarse a lugares más seguros. Este argumento no es que sea precisamente tranquilizador.