Demonstrators shout anti-government slogans as they march holding a giant flag with the word "Impeachment" written on it, during a protest demanding the impeachment of Brazil's President Dilma Rousseff in Sao Paulo, Brazil, Sunday, Aug. 16, 2015. Demonstrations are taking place across Brazil against President Rousseff, whose popularity has never been lower as she faces a sputtering economy and a massive corruption scandal. (AP Photo/Andre Penner)

Por Ana María Pomi 
Brasilia/Río de Janeiro/Sao Paulo,

Agencia dpa

La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff; su antecesor, Luiz Inacio Lula da Silva y el Partido de los Trabajadores (PT) del que forman parte fueron blanco el domingo del repudio de miles de personas, que en forma pacífica tomaron las calles en al menos 205 ciudades de todos los estados de Brasil.

La frase «Fuera Dilma» fue la más escuchada y expresada en carteles y pancartas en la tercera jornada de manifestaciones desde que la presidenta asumió su segundo mandato, en enero pasado.

A las protestas del domingo acudieron entre 880.000 y dos millones de personas, según estimaciones parciales de la policía militarizada y los organizadores, respectivamente, citadas ambas por el portal «G1» del grupo Globo. La población total de Brasil es de 200 millones de personas.

El 15 de marzo, en la mayor de todas las jornadas de movilización, el número de asistentes, según la policía, rondó los 2,4 millones de personas, mientras que para los grupos que convocaron fueron cerca de tres millones.

En la siguiente, realizada el 12 de abril, las estimaciones fueron de 701.000 y 1,5 millones de participantes, respectivamente.

Las protestas fueron convocadas por los mismos grupos que llamaron a las dos anteriores: Movimiento Brasil Libre (MBL), Vem Pra Rua (Sal a la calle, VPR) y Revoltados On Line (Indignados On Line).

Sao Paulo, como es tradicional, fue la ciudad con mayor participación, con entre 350.000 y un millón de personas en las calles, que se concentraron en la céntrica Avenida Paulista en demanda de la destitución o renuncia de la mandataria.

La corrupción, que sacude al país desde que estallaron en 2014 las denuncias sobre una gigantesca trama de desvíos de fondos en la estatal Petrobras, y la crisis económica, que la población ya comenzó a sentir con la subida de precios y la pérdida de fuentes de trabajo, fueron los disparadores de la indignación popular, que mostró una especial aversión por el PT.

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