KUALA LUMPUR, Malasia
AP

La afirmación de Malasia de que habrían aparecido más restos posiblemente relacionados con el vuelo MH370 de Malaysia Airlines en la costa de una isla del océano Índico provocó desconcierto entre las autoridades francesas, sumándose a las críticas de que la respuesta internacional a uno de los misterios de la aviación más famosos de todos los tiempos sufre una exasperante falta de cohesión.

Desde que el Boeing 777 se desvaneció mientras cubría la ruta entre Kuala Lumpur y Beijing el 8 de marzo de 2014, funcionarios malasios han sido acusados de precipitarse, ofrecer comunicados inexactos y de no dar toda información a las familias de las víctimas y a los otros países implicados en la investigación.

El comunicado de ayer del primer ministro malasio, Najib Razak, que anunciaba que la pieza del ala hallada en la isla francesa de Reunión había sido definitivamente identificada como una parte del vuelo MH370 provocó respuestas cautas de funcionarios franceses, estadounidenses y australianos implicados en la investigación, que se limitaron a decir que era posible o probable que perteneciese a la aeronave desaparecida.

El ministro de Transporte de Malasia, Liow Tiong Lai, aportó más confusión más tarde ayer diciendo que un equipo del país había hallado más restos en Reunión, entre ellos una ventana y algún revestimiento de aluminio, y que se habían entregado a las autoridades locales para que investigadores franceses los examinasen.

Funcionarios franceses que participan en la investigación tanto en París como en Reunión se mostraron desconcertados por el anuncio de Liow; ninguno estaba al tanto de avistamiento alguno ni de que hubiese material bajo custodia gala. La oficina del fiscal de París, que lidera una investigación judicial en el país sobre el incidente, negó más tarde la existencia de nuevos restos, antes de que responsables franceses —considerablemente cautos cuando se trata de investigaciones de accidentes aéreos— volvieran a mantener silencio al respecto.

Una portavoz del ministro de Transportes de Australia, Warren Truss, dijo en un comunicado hoy que aunque se había entregado gran cantidad de material adicional a la policía en Reunión, ninguno parecía proceder del avión.

Mientras, Liow provocó más dudas cuando expresó que el sello de mantenimiento y el tono de la pintura en la pieza del ala, conocida como flaperon, coincidía con los registros de la aerolínea. Hoy, un funcionario del gobierno australiano dijo que la pintura no es un identificador único del vuelo MH370; todo lo contrario, forma parte de una partida que Boeing empleaba en todos sus aviones cuando se fabricó el ahora desaparecido. El responsable habló bajo condición de anonimato porque no estaba autorizado a realizar declaraciones en público.

Liow indicó ayer que las diferencias con los otros países se debían a «una elección de las palabras». Pero los comentarios disonantes entre las autoridades generaron frustración entre los familiares de los pasajeros, que llevan más de 500 días esperando pistas sólidas sobre el paradero de sus seres queridos. Algunos cuestionaron por qué los distintos países involucrados no se ponían de acuerdo antes de hacer declaraciones públicas.

En Beijing, a unos 30 parientes chinos de pasajeros del MH370 marcharon viernes hacia la embajada de Malasia con la esperanza de hablar con un funcionario sobre los motivos por los que el país confirmó la procedencia de la pieza cuando los investigadores franceses no lo hicieron. Los manifestantes se enfrentaron brevemente a la policía, que les impidió acercarse a la legación diplomática.

Funcionarios del gobierno francés no han hablado sobre la información contradictoria procedente de Malasia ni en público ni en privado. El ministro galo de Defensa, Jean-Yves Le Drian, defendió sin embargo el relativo silencio de su gobierno al respecto.

«Hemos movilizado todos nuestros medios» desde la desaparición del avión, explicó. Cuando la pieza apareció en la costa de Reunión, apuntó, el ejecutivo implicó a sus investigadores directamente en el caso.

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