Por Teresa Dapp
Londres, Agencia dpa

Jinetes de chaqueta roja y pantalones blancos rodeados de una exaltada jauría de perros. Esa imagen de los cazadores de zorros parece de otra época, incluso tiene cierto halo de romanticismo, pero contrasta radicalmente con las fotos de zorros muertos, víctimas de los agresivos mordiscos de los perros en un controvertido deporte británico.

La caza del zorro con perros en su forma original está prohibida desde hace más de una década. Pero el debate nunca se zanjó y las numerosas formas de esquivar la ley irritan a los defensores de los animales.

Y el debate de este plan está en actualidad. En él intervinieron el ex Beatle Paul McCartney, así como su hija Stella McCartney, el cantante Morrissey y la investigadora Jane Goodall. Todos ellos coinciden en asegurar que la caza del zorro es un «deporte asqueroso y sangriento».

¿Y por qué todo ello? Hace diez años entró en vigor una ley en Gales e Inglaterra que prohibía perseguir animales con perros. Aquello produjo un terremoto político. Los manifestantes asaltaron el Parlamento y más de 400 mil personas protestaron en Londres y defensores irritados de la caza calificaron la ley de «declaración de guerra» a las centenarias tradiciones rurales.

Ahora el gobierno ha sometido a debate una parte de esa ley y antes de la votación prevista ha tenido que encajar una bofetada. Proponía que, en lugar de que fuesen sólo dos perros los que rastreaban al zorro como hasta ahora, volviese a ser toda una manada. Eso sí, la muerte a dentelladas seguía estando prohibida. Y puede parecer una nimiedad, pero la norma se había adecuado a la que rige en Escocia.

La propuesta fue promovida por, entre otros, Countryside Alliance, una asociación rural con unos 100 mil miembros. El cambio suponía que los agricultores podían elegir «la forma más efectiva y humana para gestionar la población de zorros», dijo el director de la asociación Barney White-Spunner. Varios perros son más efectivos que sólo dos.

Los ecologistas temían que, con la votación prevista para el miércoles en la Cámara Baja, se diera luz verde de nuevo a este antiguo método de caza por la puerta de atrás. La «importante ley» dejará de «morder», se lee en la carta abierta que han firmado numerosas personalidades. «El gobierno intenta volver a introducir la caza recurriendo a una artimaña», señala Tom Quinn de la Asociación contra los Deportes Crueles.

Pero nada de eso va a suceder: La votación se suspendió hoy porque los diputados del Partido Nacional escocés (SNP) iban a votar en contra, con lo que la propuesta no tenía prácticamente posibilidad alguna de prosperar.

Normalmente los escoceses se abstienen cuando se trata de leyes que no les afecta, pero con la decisión de hoy han querido hacer una demostración de fuerza política.

Se trata de una derrota para el primer ministro David Cameron, que rechaza la prohibición de la caza. «Siempre fui un firme defensor de los deportes de campo», escribió en la revista Countryside Alliance poco antes de las elecciones en mayo pasado. «Estoy firmemente convencido de que las personas tienen que tener libertad para cazar, por ello comparto la frustración de tantas personas con la ley sobre la caza», agregó.

Y el debate se ve avivado además por las connotaciones clasistas que conlleva la caza del zorro. «Se trata de ‘dandys’, personas que se consideran ‘dandys’ o tipos míseros que aspiran ser vistos como ‘dandys’ en la sociedad», afirma en el diario «The Observer» la columnista Barbara Ellen, quien comentó además que ella creció en el campo y allí nunca nadie defendió la caza.

No faltan estudios y encuestas que defienden las tesis que cada parte proponen. Una encuesta de YouGov en enero pasado señalaba que el 51 por ciento de los británicos estaba a favor de la caza con perros, mientras que un 33 por ciento está en contra.

En el campo, sin embargo, la mayoría es más ajustada, pero un 49% sobre un 39% no deja lugar a dudas.

En otro sondeo del Institituo ComRes por encargo de la BBC el resultado es todavía más claro: Tres cuartos de los británicos adultos están a favor de mantener la prohibición de la caza del zorro con perros.


BREVE HISTORIA

La caza del zorro siempre ha sido vista como una actividad británica, en la cual perros altamente entrenados, así como cazadores humanos a caballo, persiguen a zorros. Activistas de los derechos animales encuentran el “deporte de sangre” como bárbaro. Sin embargo, sus participantes y ponentes ven que es un deporte ecuestre tradicional, así como un aspecto importante de la historia aristocrática de Inglaterra. De hecho, a pesar de que se lleva a cabo en varios países, sus raíces se remontan a los británicos. Conocida como very, el uso de sabuesos de olor para rastrear a la presa en el camino. Pero, fue en Inglaterra, usando el Agassaei, raza del perro que se usa en esta práctica, que la caza del zorro fue muy popular.

Las tradiciones de caza de Norman, comenzaron cuando llegó Guillermo el conquistador, utilizando perros Gascon y Talbot. De hecho, el grito de ‘tally ho’ es el equivalente a Norman al francés ‘ il est haut,’. El año 1534 marca el primer intento de cacería del zorro, teniendo lugar en Norfolk, Inglaterra. Ahí, los agricultores utilizaban a sus perros a la caza de zorros como una forma de control de plagas. No fue entonces sino hasta el siglo XVII que el paquete organizado comenzó a cazar liebres y zorros, mientras que los que se utilizan específicamente para el deporte de la caza del zorro no se utilizaron hasta el siglo XIX.

Cuando se realiza la caza del zorro en los Estados Unidos, a menudo el zorro no es capturado, solamente perseguido. De hecho, los sabuesos están entrenados para no pescarlos durante la caza del zorro. A finales del verano, perros jóvenes se toman sobre caza llamado «cubbing», durante el que a los cachorros se les enseña a cazar mientras que a los zorros jóvenes se les enseña a huir.

«deporte asqueroso y sangriento», Jane Goodall

«la forma más efectiva y humana para gestionar la población de zorros», Barney White-Spunner, Director de la asociación.

«El gobierno intenta volver a introducir la caza recurriendo a una artimaña», Tom Quinn de la Asociación contra los Deportes Crueles.

«Siempre fui un firme defensor de los deportes de campo», David Cameron, Primer Ministro.

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