Por MARI YAMAGUCHI,
TOKIO
Agencia AP

Los socorristas recuperaron 47 cadáveres alrededor de la cumbre cubierta de cenizas del monte Ontake desde la erupción del sábado.

La policía de la prefectura de Nagano informó el jueves que los médicos concluyeron que todos menos uno de los cadáveres mostraban signos de haber sido golpeados por las rocas. Agregó que la víctima restante murió de quemaduras por inhalar aire caliente.

Los golpeados por las rocas y los escombros presentaban numerosas cortaduras y fracturas, particularmente en la cabeza y la espalda, además de las piernas, dijo un policía con la condición del anonimato en consonancia con la política del departamento.

La mayoría de los cuerpos fueron hallados cerca de la cumbre, donde muchos montañistas descansaban o almorzaban. La búsqueda continuaba el jueves hasta que debió interrumpirse por el mal tiempo.

Las autoridades siguen investigando la posibilidad de que todavía queden 20 desaparecidos.

Los expertos dicen que los escaladores cerca de la cumbre pueden haber sido impactados por rocas despedidas a velocidades de hasta 300 kilómetros (190 millas) por hora. La mayor parte de la ceniza cayó en la primera hora tras la explosión, según el Instituto de Investigación Sísmica de la Universidad de Tokio.

Los sobrevivientes dijeron que huyeron para salvar la vida cuando empezaron a llover las rocas y la ceniza y el aire se caldeaba.

La erupción en el monte Ontake, situado en el centro de Japón, tomó a los escaladores por sorpresa. Los sismólogos habían dicho que había aumentado la actividad sísmica en Ontake, uno de 47 volcanes en Japón que están bajo vigilancia las 24 horas, pero que nada había hecho suponer tal intensa erupción.

La cifra de muertos es la mayor a causa de una erupción volcánica en la historia del Japón de posguerra. Excede los 43 muertos por la erupción del Monte Unzen, en el sur, en 1991.

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