Por CESAR GARCIA,
BOGOTÁ,
Agencia AP
El coordinador residente y humanitario de Naciones Unidas en Colombia, Fabricio Hochschild, denunció el miércoles que algunas de las víctimas que hicieron parte de las dos primeras delegaciones han sido amenazadas. «Esas amenazas vienen de un grupo que siente un rechazo para el proceso de paz. Es importante donde hay dudas o rechazo sobre el proceso de paz que se expresen de una manera aceptable, dentro de la ley, y no con amenazas y calumnias», enfatizó el diplomático.
La elección de las 12 víctimas de la guerrilla, de los paramilitares y de agentes corruptos del Estado fue hecha por Naciones Unidas, la Iglesia Católica y la bogotana Universidad Nacional, quienes también hicieron la elección de los dos grupos anteriores.
El sacerdote católico Darío Echeverry, en representación de la Conferencia Episcopal de Colombia, expresó su satisfacción por la forma en que avanza el proceso de negociación entre el gobierno y la guerrilla. «Esto va avanzando piano, piano, y se va construyendo un escenario de reconciliación. Esto es lo más importante: es de mirarse las víctimas con los victimarios a los ojos, dignificando a las víctimas y eso es muy importante».
En declaraciones a The Associated Press, el religioso indicó que «en esta nueva delegación hay personas y víctimas de nuevas regiones, nuevos hechos dolorosos y un gran número de mujeres. Todos los que viajaron a La Habana son emblemáticos… Esto va hacia una Colombia reconciliada y en paz, no hay vuelta de hoja, ya veo una lucecita en el fondo del túnel».
Entre los integrantes del tercer grupo se encuentran el general en retiro de la policía Luis Mendieta estuvo secuestrado entre 1998 y 2010, el actual gobernador del departamento de Meta, Alan Jara, entre 2001 y 2009 y la excandidata a la vicepresidencia Aída Avella, quien salió ilesa en 1996 de un atentado perpetrado por paramilitares.
También viajó a la capital cubana Camilo Umaña, hijo del reconocido abogado y defensor de derechos humanos Eduardo Umaña Mendoza, quien fue asesinado en abril de 1998 por paramilitares y corruptos agentes estatales.
El congresista de izquierda Iván Cepeda, en entrevista telefónica con la AP, no dudó en afirmar que los miembros de la delegación han tenido gran figuración en la Colombia reciente. «En este caso se trata de personas que han tenido una especial figuración en la vida política del país».
Para Cepeda, por ejemplo, Aida Avella representa «el genocidio de la Unión Patriótica». Se calcula que entre los 80 y 90 unos 3.000 integrantes y simpatizantes de la UP fueron asesinados por paramilitares, narcotraficantes y corruptos empleados públicos.
De hecho, el padre de Iván Cepeda, el senador de la UP Manuel Cepeda Vargas, fue asesinado en 1994 en las calles bogotanas por paramilitares y agentes del Estado.
Desde fines de 2012, el gobierno del presidente Juan Manuel Santos y las FARC adelantan en Cuba un proceso de paz para tratar de poner fin a 50 años de confrontaciones entre las partes.