Ginebra,
Agencia dpa
En la apertura de la sesión de otoño del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, Al Hussein acusó a la comunidad internacional de hacer demasiado poco para terminar con el derramamiento de sangre en ambos países.
La comunidad internacional debe ocuparse de que los responsables de crímenes de guerra sean llevados ante la Justicia, dijo Al Hussein en su primer discurso como alto comisionado ante el Consejo de Derechos Humanos.
Según el príncipe jordano, el fortalecimiento de la milicia terrorista Estado Islámico (EI) es una de las consecuencias de los conflictos cada vez más relacionados de Siria e Irak.
«El alcance de su violencia brutal contra grupos religiosos y étnicos no tiene precedentes en los últimos tiempos», afirmó respecto a EI. Según Al Hussein, las decapitaciones de rehenes por parte de los combatientes de EI muestran el verdadero objetivo de la micilia sunita: «la destrucción de todo musulmán, cristiano, judío y otros que crean algo diferente que ellos, el resto del mundo en conjunto».
Tan sólo en el conflicto sirio, señaló Al Hussein, murieron más de 190 mil personas, tres millones huyeron al extranjero y otros 6,5 millones son desplazados dentro de su propio país.
También en otras regiones en crisis, como Ucrania, Libia o la República Centroafricana, hay que impedir ataques brutales contra la población civil, reclamó el alto comisionado.
Según Al Hussein, en el este de Ucrania la cifra de fallecidos asciende al menos a 3 mil desde abril.
El nuevo alto comisionado lamentó también la pérdida de vidas y la destrucción provocada por el último conflicto armado entre Israel y Palestina. Según los datos actuales, en la Franja de Gaza perdieron la vida 2.131 palestinos, entre ellos 1.473 civiles (501 de ellos, niños), mientras que murieron 71 israelíes (4 de ellos civiles).
Al Hussein instó a Israel a dejar de discriminar a los palestinos y a poner fin al bloqueo de sus territorios. También los palestinos de Gaza, Cisjordania y Jerusalén Este tienen derecho a vivir con dignidad y sin ocupación militar, violencia o la violación continua de sus derechos humanos, afirmó. «Los israelíes tienen derecho a vivir libremente y protegidos de los ataques de cohetes», añadió.
El príncipe jordanó asumió el puesto de alto comisionado el 1 de septiembre, relevando a la sudafricana Navi Pillay.
Al Hussein, de 50 años y familiar lejano del rey jordano Abdalá, estudió derecho en la Universidad de Cambridge. Participó de forma decisiva en la creación de Tribunal Penal Internacional de La Haya y defiende una política de Naciones Unidas más orientada a la intervención.
Entre 1994 y 1996 estuvo destinado a la misión de paz de la ONU en Yugoslavia y después en muchas otras misiones en zonas de conflicto. De 2000 a 2007 fue representante de Jordania ante la ONU y posteriormente hasta 2010 embajador jordano en Estados Unidos.
Casado y con tres hijos, Al Hussein pertenece tanto a la familia real hachemita como a la vieja familia real iraquí. Su abuelo, también diplomático, fue el único superviviente de su familia a un sangriento golpe militar ocurrido en 1958 en Bagdad.