Por JIM HEINTZ,
KIEV,
Agencia AP

La declaración del coronel Andriy Lysenko, vocero del consejo nacional de seguridad ucraniano, se dio a conocer después de que el ministro de Defensa del país informara que las fuerzas armadas ucranianas están diversificando su estrategia para enfrentar no sólo a los separatistas sino también al ejército ruso en una guerra que podría cobrar «decenas de miles» de vidas.

Lysenko dijo a la prensa que se habían avistado efectivos rusos en Donetsk y Lugansk, así como en otras localidades del este, pero no dio precisiones y no fue posible confirmar su afirmación de manera independiente. Añadió que 15 soldados murieron en la víspera.

En Moscú, un colaborador del Kremlin criticó duramente al presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, por violar la confidencialidad al repetir públicamente una afirmación del presidente Vladimir Putin, de que podría tomar Kiev en dos semanas si lo deseara.

Yuri Ushakov, asesor de Putin en política exterior, dijo a la prensa que la declaración de Putin fue «reproducida fuera de contexto y con un significado completamente distinto».

Ushakov dijo que repetir públicamente el contenido de una conversación privada era una violación de las prácticas diplomáticas «indigna de un político serio».

El ministro de Defensa ucraniano Valeriy Heletey informó en su sitio de Facebook que la operación contrainsurgente terminó y que las fuerzas armadas del país ahora enfrentan al ejército ruso.

«Esta es nuestra gran guerra patriótica», escribió, usando los términos de la Segunda Guerra Mundial.

Según varias fuentes diplomáticas, en declaraciones a diversas publicaciones europeas días atrás, Barroso dijo que Putin había afirmado en una conversación privada que las fuerzas rusas eran capaces de tomar la capital ucraniana en dos semanas si lo deseaban.

Putin respondió así, según los trascendidos, a la afirmación de Barroso de que Ucrania y las potencias occidentales consideraban que Rusia había escalado el conflicto al enviar unidades del ejército regular al interior ucraniano. La OTAN calcula que hay un millar de soldados en Ucrania, los que han ayudado a volver la marea a favor de los insurgentes.

Ushakov reafirmó el martes la negativa de Moscú sobre el envío de soldados, aunque un dirigente rebelde dijo la semana pasada que había soldados rusos de licencia entre los 4.000 rusos que combaten en Ucrania.

Los esfuerzos para alcanzar un acuerdo de paz que ponga fin a las hostilidades tras el derrocamiento del presidente pro ruso y la anexión de Crimea por parte de Rusia han fallado.

Representantes de Ucrania, Rusia, los rebeldes pro rusos y la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa trataron de lograr un pacto el lunes en Minsk, la capital de Bielorrusia. Los rebeldes presentaron un plan de negociación que eliminaba demandas previas de completa independencia y se decían listos para negociar un acuerdo que respetara la integridad territorial de Ucrania a cambio de una amplia autonomía en las provincias orientales.

Las conversaciones duraron varias horas y se suspendieron hasta el viernes, cuando se espera que las partes discutan un posible cese al fuego e intercambio de prisioneros.

No obstante, las posibilidades de que haya conversaciones entre Ucrania y los rebeldes parecen escasas.

«No cooperamos con organizaciones terroristas», dijo Iryna Herashchenko, enviada presidencial al este de Ucrania citada por la agencia de noticias Interfax.

El ministro de Exteriores ruso, Sergei Lavrov, dijo hoy que Estados Unidos debe usar su influencia con Ucrania para reforzar los esfuerzos para lograr un acuerdo de paz.

Artículo anteriorEstado Islámico afirma haber decapitado al periodista Steven Sotloff
Artículo siguienteAlemania inaugura monumento a víctimas de nazis