Por ALEXANDER ROSLYAKOV y JIM HEINTZ
KAMENSK-SHAKHTINSKY / Agencia AP

A las autoridades ucranianas les preocupa que la misión que incluye más de 200 camiones pudiera ser un pretexto para que Rusia envíe equipamiento a los rebeldes, que según Kiev y los países occidentales están respaldados por Moscú. Sin embargo, Rusia y Ucrania llegaron a un acuerdo por el que los camiones podían entrar con acompañamiento de la Cruz Roja si los guardias fronterizos y los agentes aduaneros ucranianos aprueban la carga.

Un representante del Ministerio de Emergencias ruso dijo el sábado a The Associated Press que los documentos sobre la carga ya fueron entregados a los funcionarios ucranianos que han llegado a la ciudad de Donetsk, en la frontera de Ucrania, para inspeccionar la carga.

Pero Andriy Lysenko, un vocero del consejo nacional de seguridad de Ucrania, dijo a la prensa en Kiev que hasta el mediodía no se habían recibido documentos de la Cruz Roja sobre el contenido de los camiones.

La lucha proseguía en el este de Ucrania y Lysenko dijo que tres soldados ucranianos murieron en las últimas 24 horas.

Reiteró la afirmación del día anterior del presidente Petro Poroshenko de que las fuerzas ucranianas destruyeron la mayor parte de una columna de vehículos militares rusos que habían entrado en el este de Ucrania el jueves por la noche.

Rusia desmintió que hubiese participado en ninguna incursión y la Casa Blanca dijo que investigaba versiones no confirmadas de que vehículos militares rusos hubiesen sido destruidos.

La lucha se ha intensificado desde el brote de insurgencia en abril y las condiciones se están deteriorando para numerosos civiles.

La ciudad de Luhansk está rodeada por las fuerzas ucranianas y al parecer padece de numerosos cortes de electricidad y escasez de alimentos y medicamentos. La ciudad más grande en poder de los rebeldes, Donetsk, también es blanco de intensos combates y cañoneos.

Lysenko afirmó que las fuerzas del gobierno ucraniano no emplean artillería ni bombardeos aéreos para atacar Luhansk o Dontesk. Los ucranianos atribuyen los cañoneos a los rebeldes, y los insurgentes dicen que los ucranianos disparan contra blancos civiles.

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