Por NICOLE WINFIELD,
CIUDAD DEL VATICANO
Agencia AP
Durante su visita a Corea del Sur esta semana, llevará un mensaje de paz y reconciliación a la dividida península coreana y hará un llamado a los jóvenes católicos para que asuman la tarea de extender la fe en un continente donde la Iglesia Católica es pequeña pero está creciendo. Los cristianos en Asia han soportado dramáticas persecuciones a lo largo de la historia que hoy hacen eco a los cristianos en partes de Oriente Medio y África.
Aunque se espera que el papa haga un llamado a Pyongyang durante la visita, no se espera la presencia de norcoreanos. La arquidiócesis de Seúl invitó a una delegación de cristianos del Norte, pero las autoridades norcoreanas informaron la semana pasada a los organizadores que no asistirían, informó el Vaticano.
La gira del 13 al 18 de agosto marca la primera vez que un papa está en la península coreana en un cuarto de siglo y el viaje inicia lo que se espera sea un año muy enfocado en Asia para el pontífice de 77 años: viajará a Sri Lanka y Filipinas en enero y hay rumores de que también irá a Japón el año entrante.
¿Por qué Asia? El mismo Francisco ha dicho que debe ir porque el papa emérito Benedicto XVI nunca pudo visitarla en sus ocho años de pontificado. Pero además, Asia es el futuro de la Iglesia Católica.
A pesar de comenzar como una religión minoritaria en cada nación asiática —sin contar a Filipinas— la Iglesia Católica bautiza cada año a más católicos en Asia que en la Europa tradicionalmente cristiana, de acuerdo con estadísticas del Vaticano. En 2001 había 44.446 sacerdotes en Asia y para 2012 ya eran 60.042.