Por: Karina Pérez
Un avión de la aerolínea estadounidense Southwest Airlines tuvo que realizar el domingo un aterrizaje inesperado en Denver, Colorado, debido a que una cubierta de motor se desprendió durante el despegue, indicó la Agencia Federal de Aviación Civil (FAA).
Según un comunicado de la FAA, el vuelo 3695 de Southwest Airlines, operado con un Boeing 737-800, regresó al aeropuerto internacional de Denver «después de que la tripulación detectara la caída, durante el despegue, de un capó de motor que impactó con los flaps del ala» del avión, unos dispositivos ubicados en el borde del ala que permiten, al cambiar de posición, aumentar la superficie de resistencia al aire y colaborar en la sustentación del aparato o su resistencia.
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La aeronave, que había despegado el domingo rumbo a Houston, fue remolcada hasta la terminal, agregó la FAA, que investigará el incidente.
Durante el incidente, ningún pasajero resultó herido, aseguró Southwest, por medio de un comunicado enviado a la cadena CNN. «Nos disculpamos por los inconvenientes relacionados con los retrasos, pero damos la máxima prioridad a la seguridad de nuestros clientes y de nuestros empleados», declaró la compañía, citada por la cadena.
Según ABC News, la empresa calificó el incidente de «problema mecánico» y agregó que los pasajeros fueron repartidos en otros vuelos.
BOEING EN EL OJO DEL HURACÁN
El gigante fabricante de aviones lleva años en el ojo del huracán, tras dos accidentes ocurridos en 2018 y 2019 con saldo de más de 350 fallecidos, y varios problemas de calidad y cuestionamientos de seguridad en sus aviones.
Sumándose a la lista la muerte, por aparente suicidio, del exempleado de Boeing, John Bamett, quien denunció irregularidades en la fabricación de aviones y que fue encontrado sin vida días previos a testificar contra la empresa, como parte de la denuncia presentada por Bammett en 2019.