Las cifras de casos nuevos y muertes por coronavirus reportadas a la Organización Mundial de la Salud cayeron por tercera semana consecutiva, una tendencia probablemente impulsada por el desmantelamiento de los dispositivos de testeo y vigilancia.
En su informe semanal sobre la pandemia emitido el martes por la noche, la agencia de salud de la ONU dice que se reportaron 7 millones de casos nuevos, 24% menos que la semana anterior. El número semanal de muertes en el mundo cayó 18% a 22.000.
Más contenido en 👉🏼 https://t.co/3vo3Yq9xin pic.twitter.com/x46hmanAmN
— Diario La Hora (@lahoragt) April 13, 2022
PIDEN PRECAUCIÓN
La OMS pidió que se interpreten las cifras «con precaución», ya que muchos países han modificado sus estrategias de testeo, lo cual significa que se identifican muchos menos casos.
Los casos nuevos se reducen en todas las regiones del mundo, incluido el Pacífico occidental, donde un pico ha provocado enérgicas medidas de cuarentena en China.
SUBVARIANTES
La OMS dijo que monitorea varias mutaciones descendidas de la variante ómicron, entre ellas algunas formas recombinadas de las subvariantes ómicron existentes.
En otro comunicado, la organización dijo que científicos de Botsuana y Sudáfrica han detectado nuevas formas de la variante ómicron, rotuladas BA.4 y BA.5, pero no saben con certeza si pueden ser más contagiosas o peligrosas.
Hasta la fecha se han detectado nuevas versiones de ómicron en cuatro personas en Botsuana y 23 en Sudáfrica. Además, se han detectado casos en Bélgica, Alemania, Dinamarca y Gran Bretaña.
FALTAN ESTUDIOS
La OMS dijo que hasta el momento no hay pruebas de que las nuevas subvariantes se trasmitan de manera distinta que la variante ómicron original.
«No hay motivo para alarmarse con la aparición de las nuevas subvariantes», dijo la directora para África de la OMS, doctora Matshidiso Moeti. «Aún no observamos un aumento importante de casos, hospitalizaciones o muertes».
La agencia pidió a todos los países que secuencien al menos el 5% de sus muestras de COVID-19. Muchos países, como Estados Unidos, Gran Bretaña y Suecia, pusieron fin a sus programas de testeo generalizado al caer drásticamente el número de casos graves.