Nueva York/Buenos Aires,
Agencia dpa

Esta medianoche vence el plazo legal para cumplir con el pago que corresponde a la deuda reestructurada, es decir, a los bonistas que sí aceptaron el canje de la deuda en 2005 y 2010. En caso de que eso no suceda, el país entraría en default.

Para eso, Argentina busca que el juez Griesa reponga una medida cautelar, el stay, que permita concretar el pago a los bonistas y ganar tiempo para negociar con los holdouts.

En este sentido, la estrategia argentina pasaría por una oferta que harían bancos privados para comprar la deuda en manos de los «fondos buitre», que litigaron en la Justicia por 1.330 millones de dólares. De esa manera, podría reponerse el stay.

El gerente de Finanzas del Banco Piano, Francisco Ribeiro Mendonça, confirmó hoy la propuesta de la Asociación de Bancos Argentinos (ADEBA) de «conformar un fondo que de alguna forma ayude a la reinstalación del stay» en el litigio con los «fondos buitre».

«Totalmente», dijo Mendonça al ser consultado en la radio argentina Del Plata sobre si existe la oferta de los bancos privados de poner dinero como una forma de garantía para evitar que el país entre en default.

El banquero admitió que la intención es que el juez de Nueva York instale el stay y otorgue tiempo para encontrar una solución que le evite a la Argentina una ola de demandas derivadas de la cláusula RUFO, que le impide al país realizar mejores ofertas que las que ya hizo en los canjes de 2005 y 2010. Mientras, Kicillof acudió a la oficina de Pollack, situada en Park Avenue, en pleno Midtown, pasadas las 11 de la mañana hora local neoyorquina.

El ministro fue acompañado por la procuradora del Tesoro, Angelina Abbona; el subprocurador, Javier Pargament, y el secretario de Finanzas, Pablo López.

Kicillof, que viajó ayer desde Caracas hasta Nueva York, habló anoche ante los medios de comunicación tras varias horas de reunión con representantes de los bonistas -encuentro que se dio por primera vez- en presencia del mediador. El funcionario aseguró que no podía adelantar el resultado de la reunión por «estar todavía en marcha» y que «estaban trabajando duro».

El mediador dijo en un comunicado que el primer encuentro cara a cara entre las partes fue un «intercambio franco de puntos de vista y preocupaciones» y que «los asuntos que dividen a las partes continúan sin resolverse».

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