El Partido Demócrata recibió este martes los primeros avisos en forma de votos de lo que podría pasarle en las elecciones parlamentarias de mitad de mandato (‘midterms’), previstas para noviembre 2022, con derrotas especialmente simbólicas como la de Virginia y que parecen reflejar el rápido desgaste de la popularidad del presidente, Joe Biden.
El inquilino de la Casa Blanca se impuso en Virginia hace un año, en las presidenciales del 3 de noviembre de 2020, por más de diez puntos frente al entonces presidente, Donald Trump. Sin embargo, los demócratas no han podido conservar una plaza que ostentaba actualmente Ralph Northam.
Terry McAuliffe, que ya gobernó Virginia entre 2014 y 2018, parecía el dominador de la carrera electoral, pero finalmente ha sido su rival republicano, Glenn Youngkin, quien se ha llevado el gato al agua –por un margen de unos dos puntos porcentuales, según proyecciones de la CNN–.
Youngkin, que ha prometido una «transformación», ha logrado convencer al electorado con propuestas concretas en materia de educación y economía, movilizando especialmente zonas rurales y tradicionalmente conservadoras.
Frente a un Partido Demócrata que estaría más enfocado por sacar adelante grandes leyes, por ejemplo para impulsar desde la Casa Blanca y el Congreso el gasto social, el Republicano ha optado por una campaña más centrada en necesidades inmediatas y en la que ha tratado de zafarse de la alargada sombra que aún proyecta el expresidente Donald Trump.
Aunque Trump ha respaldado a Youngkin en la carrera a gobernador –y se ha apresurado a celebrar su victoria una vez confirmada–, el antiguo mandatario nunca viajó a Virginia para unirse al candidato, como sí hizo Biden con su aspirante, quien en la campaña vinculó al candidato republicano con el expresidente en numerosas ocasiones.
Otro de los estados en juego era Nueva Jersey, donde Biden se impuso hace un año a Trump con un margen de 16 puntos y donde su actual gobernador, el demócrata Phil Murphy, había ganado los comicios de 2017 con 14 puntos de diferencia frente a su rival. Sin embargo, Nueva Jersey ha amanecido este miércoles sin un claro ganador, con Murphy con una ventaja de apenas cuatro décimas sobre el republicano Jack Ciattarelli, según CNN.
Los demócratas sí han podido cantar victoria en Nueva York, donde el expolicía Eric Adams se ha impuesto con claridad y será el nuevo alcalde, y en Boston, que tendrá por primera vez a una mujer al frente del Ayuntamiento, Michelle Wu, de ascendencia taiwanesa.
LA LECTURA DE LAS ELECCIONES
Antes de conocerse los primeros resultados, Biden se mostró confiado en una rueda de prensa en que los demócratas se harían nuevamente con Virginia y Nueva Jersey, si bien reconoció que se tratarían de unas elecciones «ajustadas» y advirtió de la reducción de la participación.
Asimismo, descartó que una posible derrota tuviese que ver con su gestión e indicó que no ha visto «ninguna evidencia» de «hacerlo bien o mal». «Si tengo mi agenda aprobada o no, no va tener ningún impacto real en ganar o perder (las elecciones)», dijo.
Los analistas, no obstante, se afanan ya por examinar las consecuencias futuras de esta jornada electoral, no tanto por lo estrepitoso de las derrotas, ya que el margen entre candidatos ha sido más bien estrecho, sino por lo que representan en cuanto a una posible tendencia. No en vano, en noviembre de 2022 se renovará toda la Cámara de Representantes y un tercio del Senado.
A nivel nacional, las últimas semanas han estado marcadas por un pulso interno de los demócratas a cuenta del plan de gasto social, que Biden accedió a rebajar a 1,75 billones de dólares –la mitad del presupuesto inicial– para contentar a las voces críticas de su propio partido.
«Los demócratas tienen que dejar de luchar entre ellos y empezar a centrarse en los votantes. Si no, (las elecciones de) 2022 van a ser brutales», ha advertido un estratega político del partido en declaraciones al portal de noticias Politico, anticipando lo que puede estar por venir.
El congresista Gerry Connolly se ha preguntado cómo ha podido «evaporarse» en Virginia el margen de diez puntos que logró Biden en 2021 y cree que es momento de analizar lo ocurrido para «estar preparados» para noviembre, según la cadena NBC News.
Los demócratas confían en que en unos meses la situación sea diferente, una vez comiencen a hacerse tangibles las promesas abstractas de Biden en materia de apoyo social y la pandemia de COVID-19 esté más contenida, toda vez que las autoridades sanitarias ya han dado luz verde a la vacunación de niños mayores de cinco años.
Está por ver también cómo aguantará en este tiempo la imagen del presidente, lastrada en estos últimos meses por temas clave como la caótica retirada de tropas de Afganistán. El nivel de apoyo a Biden ronda el 43 por ciento, según una encuesta publicada el martes por The Hill y que refleja una caída de cinco puntos con respecto a septiembre.
La valoración del Partido Demócrata en su conjunto es peor, ya que solo el 38 por ciento de las personas entrevistadas en este sondeo por Harvard CAPS aprueba su gestión, frente al 55 por ciento que se posiciona en contra.