Suiza
El glaciólogo del Instituto Federal de Tecnología suizo y director de la red de medición GLAMOS, Matthias Huss, revisa el grosor de un glaciar cerca de Goms, Suiza, el 16 de junio de 2023. Foto: Matthias Schrader / AP.

Un grupo de expertos de la Academia Suiza de las Ciencias informó sobre una drástica aceleración del deshielo de los glaciares del país alpino, que ha perdido el 10% de su volumen de hielo en tan sólo dos años tras el elevado calor estival y el bajo volumen de nieve en invierno.

Suiza, que alberga el mayor número de glaciares de Europa, ha visto desaparecer el 4% del volumen total de sus glaciares en 2023, el segundo mayor descenso en un solo año, que se suma a la caída del 6% en 2022, el mayor deshielo desde que comenzaron las mediciones, según la comisión de la Academia para la observación de la criosfera.

Los expertos del centro de vigilancia de glaciares GLAMOS han estado atentos a un posible deshielo extremo este año, en medio de señales de alerta temprana sobre los 1.400 glaciares que se calcula que hay en el país, un número que ahora está disminuyendo.

La aceleración es dramática, ya que en sólo dos años se ha perdido tanto hielo como entre 1960 y 1990”, afirmó la academia. “Los dos años consecutivos extremos han provocado el colapso de lenguas glaciares y la desaparición de muchos glaciares más pequeños”.

Matthias Huss, director de GLAMOS, que participó en la investigación, dijo en una entrevista que Suiza ya ha perdido hasta 1.000 glaciares pequeños, y que «ahora estamos empezando a perder también glaciares más grandes e importantes«.

Los glaciares son los embajadores del cambio climático. Dejan muy claro lo que está ocurriendo ahí fuera porque responden de forma muy sensible al calentamiento de las temperaturas”, dijo. “El estudio subraya una vez más que es muy urgente actuar ahora si se quiere estabilizar (el) clima, y si se quiere salvar al menos algunos de los glaciares”.

Según el equipo, la “pérdida masiva de hielo” se debió a un invierno con muy pocos volúmenes de nieve -que cae sobre los glaciares y los protege de la exposición a la luz solar directa- y altas temperaturas estivales.

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