El primer ministro británico Rishi Sunak y la presidenta de la Comisión Europea Ursula von der Leyen se disponen a tener una negociación cara a cara con altas expectativas de que llegarán a un acuerdo para resolver una complicada disputa comercial post-Brexit.
Eso representará un avance después de varios meses de una enconada disputa que ha afectado las relaciones entre Reino Unido y la Unión Europea, desencadenó el colapso del gobierno regional con sede en Belfast y puso en riesgo un proceso de paz de varias décadas en Irlanda del Norte.
En un comunicado conjunto emitido el domingo, el Reino Unido y la Unión Europea señalaron que Von der Leyen viajará a Gran Bretaña el lunes para que ambos funcionarios puedan trabajar hacia “soluciones prácticas y compartidas para la amplia gama de desafíos complejos en torno al Protocolo de Irlanda e Irlanda del Norte”.
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— Diario La Hora (@lahoragt) February 27, 2023
La oficina de Sunak coordinó una agenda sumamente coreografiada que deja entrever que el acuerdo es prácticamente un hecho. Indica que a las “negociaciones finales” de la hora del almuerzo entre ambos le sigue una reunión del gabinete británico y, posteriormente, en caso de un trato, una conferencia de prensa conjunta y una declaración de Sunak ante la Casa de los Comunes.
El viceprimer ministro británico Dominic Raab dijo horas antes el domingo que ambas partes estaban “cerca” de concretar un acuerdo en torno a las reglas comerciales conocidas como Protocolo de Irlanda del Norte.
Irlanda del Norte es la única parte del Reino Unido que comparte frontera con algún Estado miembro de la Unión Europea, la República de Irlanda. Cuando Gran Bretaña dejó el bloque en 2020, ambas partes acordaron mantener la frontera irlandesa libre de puestos aduanales y otras revisiones debido a que una frontera abierta es un pilar clave en el proceso de paz de Irlanda del Norte.
En su lugar se realizan revisiones a algunos productos que ingresan a Irlanda del Norte desde el resto de Gran Bretaña. Eso molestó a los políticos sindicalistas británicos en Belfast, quienes afirman que la nueva frontera comercial en el mar de Irlanda socava el lugar de Irlanda del Norte en el Reino Unido.