Francia vuelve a movilizarse por la reforma de las pensiones. Foto La Hora AP.

El transporte público, las clases y el suministro de electricidad, petróleo y gas se vieron interrumpidos el martes en toda Francia en la tercera ronda de protestas y huelgas contra los planes del gobierno para reformar las pensiones. Las movilizaciones se producen un día después de que los legisladores comenzaron a debatir en el parlamento el proyecto de ley que elevará la edad mínima de jubilación de 62 a 64 años. Es la medida estrella de la segunda legislatura del presidente, Emmanuel Macron, quien la semana pasada la calificó de «indispensable si se compara con (otros países) en Europa».

Miles de personas se manifestaban en las ciudades de Niza y Marsella, en el sur del país, mientras que en la capital, París, había programada una protesta por la tarde. Según las autoridades, 1,27 millones de personas participaron en la protesta de la semana pasada, que fue más numerosa que en la primera, celebrada el 19 de enero. Los ocho principales sindicatos del país convocaron más manifestaciones para el sábado.

El operador ferroviario SNCF indicó que el tránsito se vio gravemente alterado el martes en todo el país, incluyendo en la red de alta velocidad. Las líneas internacionales a Gran Bretaña y Suiza también se vieron afectadas, así como el metro en la capital. Saad Kadiui, jefe de gabinete de una consultoría en París, de 37 años, que tuvo que pasar por una estación de metro cortada, dijo que apoyaba las huelgas, aunque las calificó de «fastidiosas (…) Hay otras formas de protestar contra la reforma de las pensiones».

Kadiui respalda el principio de la reforma pero quiere que el parlamento mejore la propuesta. «Creo que para algunos puestos, 64 (años) es demasiado tarde», agregó. La eléctrica EDF apuntó que el movimiento de protesta provocó una reducción temporal del suministro eléctrico que no llegó a causar apagones. Más de la mitad de los empleados secundaron la huelga en las refinerías TotalEnergies, dijo la empresa.

El Ministerio de Educación indicó que cerca del 13% de los maestros no acuedieron a dar clase, menos que la semana pasada. Un tercio de las provincias fracesas tenían vacaciones escolares el martes. Macron prometió seguir adelante con los cambios a pesar de que las encuestas de opinión muestran una creciente oposición. La normativa incrementaría de forma gradual la edad mínima para retirarse desde los 62 años actuales a 64 en 2030 y aceleraría una medida ya prevista que establece que habría que tener 43 años cotizados para tener derecho a una pensión completa, entre otras medidas.

Se espera que el debate en la Asamblea Nacional y el Senado dure varias semanas.
La oposición presentó más de 20.000 enmiendas al proyecto de ley, la mayoría de la coalición de izquierdas Nupes. Philippe Martinez, secretario general del poderoso sindicato CGT, pidió al gobierno y a los legisladores que «escuchen al pueblo». En declaraciones a la radio francesa RT, dijo que Macron estaba «jugando con fuego».

 

Macron quiere demostrar que «puede aprobar una reforma, sin importar cuál sea la opinión pública, lo que piensen los ciudadanos», afirmó Martinez. El máximo responsable del sindicato CFDT, Laurent Berger, instó también al gobierno a «escuchar» a la multitud que salió a la calle. «A la tensión social solo se puede responder mediante el ejercicio democrático del poder», señaló en declaraciones al diario francés La Croix.

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