¿Presentarse en un cruce fronterizo con México y pedir asilo a un funcionario estadounidense? ¿Apuntarse vía internet? ¿Acudir a una embajada o consulado de Estados Unidos?
El gobierno del presidente Joe Biden ha guardado un notorio silencio con respecto a cómo los migrantes que desean solicitar asilo deberían ingresar a Estados Unidos cuando concluyan las restricciones impuestas durante el gobierno del expresidente Donald Trump, lo cual ha alimentado rumores, confusión y dudas en torno a si el gobierno está listo, pese a que tuvo más de dos años para prepararse.
“Desearía absolutamente que tuviéramos más información para compartirla con el público”, dijo Kate Clark, directora sénior de servicios migratorios en Jewish Family Service of San Diego, un organismo sin fines de lucro que desde octubre de 2018 ha ayudado a más de 110.000 migrantes a viajar dentro de Estados Unidos tras haber sido liberados.
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— Diario La Hora (@lahoragt) December 20, 2022
A los inmigrantes se les ha negado el derecho de pedir asilo amparados en el derecho nacional e internacional en 2,5 millones de ocasiones desde marzo de 2020, con el argumento de prevenir la propagación del COVID-19 basándose en una medida para proteger la salud pública que iba a expirar el miércoles, hasta que el magistrado presidente de la Corte Suprema, John Roberts, ordenó su suspensión temporal. La medida, conocida como Título 42, ha sido aplicada de manera desproporcionada a personas procedentes de países que México acepta sean devueltas a su territorio: Guatemala, Honduras, El Salvador y, recientemente, Venezuela, además de México. Cuando se levante esta medida se prevé que aumenten las solicitudes de asilo de personas de estos países.
Muchos prevén que el gobierno utilice CBPOne, una plataforma en línea para registrar citas que comenzó a funcionar en 2020. La aplicación móvil de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP, por sus siglas en inglés) ha tenido un uso limitado para personas que solicitan permisos de viaje y para quienes quieran rastrear el estado de sus audiencias ante un tribunal bajo la ahora extinta política “Permanecer en México”.
Se prevé que los migrantes que utilizan la app hagan citas para pedir asilo en Estados Unidos, pero tienen que permanecer fuera del país hasta que llegue el día y la hora de su cita.
CBPOne, a la que algunos grupos activistas se oponen por motivos de protección de datos, podría ser impráctica para los migrantes que carecen de acceso a internet o conocimiento del idioma. La agencia también debe promoverla.
Nicolas Palazzo, abogado de Las Americas Centro de Apoyo al Migrante, una organización sin fines de lucro en El Paso, Texas, dijo que le preocupa que defraudadores cobren cuotas a los migrantes para registrarlos y que la limitada capacidad de procesamiento de la CBP resulte en esperas intolerables.
“A menos que estén planeando mejorar eso significativamente, a quien solicite su admisión mediante CBPOne le van a asignar una cita probablemente dentro de un año. En términos realistas, ¿me pueden decir con total honestidad que creen que la gente esperará tanto tiempo?”, preguntó.
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Mohamad Reza Taran, de 56 años, salió de Irán el 26 de noviembre tras convertirse al cristianismo y voló a Tijuana, México. Pidió asilo a inspectores fronterizos estadounidenses en un cruce en San Diego, pero lo rechazaron.
El técnico en informática planeaba esperar para ver si podía entrar inmediatamente después de que se levante el Título 42 y, de lo contrario, dijo que cruzaría la frontera de manera ilegal, quizá escalando el muro en San Diego o atravesando el desierto en Yuma, Arizona. Tiene familia en Los Ángeles y, para él, Estados Unidos es su única alternativa.
“Aquí no tengo nada”, dijo Taran en una entrevista afuera de una iglesia en Tijuana, en donde estaba buscando a alguien que le informara sobre las políticas estadounidenses.
El representante demócrata Henry Cuellar dijo que funcionarios de la CBP le dijeron la semana pasada que esperaban canalizar a quienes buscan asilo a los cruces fronterizos oficiales y, hasta donde les sea posible, regresar a México a todo aquel que cruce la frontera de forma ilegal. Pero es probable que eso sea impugnado en la corte porque la ley de asilo dice que todo aquel que entra de forma ilegal tiene derecho a pedir protección.
Nadie pone en duda que la Patrulla Fronteriza está muy mal equipada para el procesamiento de los detenidos, incluso cuando el Título 42 impidió que las cifras se incrementaran.
La Patrulla Fronteriza dejó en libertad temporal a casi 450.000 migrantes en Estados Unidos hasta octubre —incluyendo a 68.837 en octubre y 95.191 en septiembre—, librando a los agentes del laborioso trabajo que implica expedir órdenes para que se presenten ante un tribunal de inmigración. Según un informe de la Oficina de Rendición de Cuentas del Gobierno (GAO, por sus siglas en inglés), se requieren por lo menos dos horas para preparar un proceso judicial, mientras que para liberar a alguien sólo es necesaria media hora.
El máximo tribunal tomó su decisión en un momento en que funcionarios y grupos de ayuda humanitaria a lo largo de la frontera intentan prepararse para cualquier cambio. Infórmate aquí 👇 #LHInternacional https://t.co/td9Ps3Bp8w
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A los migrantes liberados por la Patrulla Fronteriza se les permite desplazarse con libertad dentro del país y se les pide que se reporten ante las oficinas del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) de su destino final, normalmente dos meses después.
El informe de la GAO, dado a conocer en septiembre, detalla cómo el trabajo de procesamiento que se le asignó al ICE ha afectado la eficacia de los empleados. Hasta marzo, el ICE había programado 15.000 citas para que las familias completaran su proceso hasta marzo de 2024. Una oficina del ICE reportó que hasta 500 personas estaban presentándose a diario, la mayoría sin cita.
Después de que las familias obtienen audiencia frente a un tribunal, se enfrentan a un sistema con retrasos de más de 2 millones de casos, lo cual resulta en esperas de varios años para que los jueces lleguen a una decisión.
Esperar dos años sólo para ser incluido en la lista de casos pendientes de la corte refleja un sistema “totalmente colapsado”, dijo Theresa Cardinal Brown, directora ejecutiva de migración y políticas transfronterizas del Centro de Políticas Bipartidistas, un centro de investigación con sede en Washington.
El registro en línea mediante CBPOne sería “antiético para todo el concepto de asilo” porque obligaría a la gente a aguardar en lugares inseguros, dijo Melissa Crow, directora de litigación del Centro para Estudios de Género y Refugiados de la Escuela de Derecho Hastings de la Universidad de California.
Crow y otros creen que la CBP podría procesar a muchas más personas de las que ha estado procesando.
Este año, la agencia procesó a aproximadamente 1.000 ucranianos al día en el cruce de San Ysidro, San Diego, cerca de tres veces por encima de su capacidad.
Desde que comenzó la pandemia de COVID-19, los migrantes liberados en San Diego han sido albergados en moteles hasta que se van, en general en un vuelo para reunirse con familiares y amigos al este del río Mississippi, dijo Clark. Con el fin de prepararse para el fin del Título 42, Jewish Family Service abrió un edificio para que las familias coman, vean la televisión y jueguen en un patio después de reservar su viaje, y así liberar espacio en los moteles para los recién llegados. Clark lo compara con “la sala de espera de un aeropuerto”.
La CBP ha estado liberando a más migrantes a Jewish Family Service mediante exenciones a los límites de asilo, de 200 a 250 al día, dijo Clark. Caridades Católicas de la diócesis de San Diego ha albergado a otros migrantes.
“Llevamos tiempo preparándonos para este día”, dijo Clark el lunes, tras no tener noticias de la CBP sobre cómo se procesará a los migrantes cuando terminen las restricciones al asilo. Anticipa más liberaciones, pero no sabe cuántas.