En una nueva demostración de desafío, el presidente ucraniano Volodymyr Zelenskyy viajó el martes a una ciudad en el este cerca del frente de combate, mientras Rusia reportó ataques con drones contra su territorio por segundo día consecutivo. Estalló un incendio en un aeropuerto en la región Kursk, en el sur de Rusia, fronteriza con Ucrania, luego del impacto de un dron, informó el gobernador local. Otros drones atacaron una planta industrial a 80 kilómetros (50 millas) de la frontera, pero al parecer fallaron en su intento de acertar en un depósito de combustible, reportó la prensa rusa independiente.
Las autoridades rusas no culparon de inmediato a Kiev por los ataques del martes, pero sí acusaron a las fuerzas ucranianas de perpetrar asaltos similares contra dos bases aéreas rusas el día anterior. Los ataques del lunes —a más de 500 kilómetros (300 millas) de la frontera con Ucrania en la base Engels en la región de Saratov y en la base Dyagilevo en la región de Ryazan— están entre los más osados desde que inició la guerra.
A raíz de esos asaltos, las fuerzas rusas desataron otra ola de misiles contra Ucrania, matando a civiles, destruyendo viviendas y agravando los daños ya causados por andanadas anteriores a plantas eléctricas y otros sitios de infraestructura. Aproximadamente la mitad de las viviendas en región de Kiev están sin electricidad, informó el martes el gobernador. Las autoridades de la región de Odesa, donde los ataques del lunes causaron apagones, dijeron que habían restaurado la electricidad y algunos servicios básicos a los hospitales de la zona.
En ocasión del Día de las Fuerzas Armadas Ucranianas, Zelenskyy viajó el martes a la región de Donetsk y juró expulsar a las fuerzas rusas de todo el territorio ucraniano. «Todos ven su fuerza y su destreza … Agradezco a sus padres, pues criaron verdaderos héroes», declaró Zelenskyy en un discurso por video a las fuerzas ucranianas en Sloviansk, un baluarte ucraniano en el este.
Las autoridades ucranianas no han confirmado oficialmente la autoría de los ataques, manteniendo su aparente política de ambigüedad deliberada como han hecho en el pasado cuando se trata de ataques llamativos contra objetivos rusos. El asesor del presidente, Mikhail Podolyak, desafió a Moscú en comentarios en Twitter.
«Si se lanza algo al espacio aéreo de otros países, tarde o temprano objetos voladores desconocidos regresarán al punto de partida», escribió Podolyak. «La Tierra es redonda».
El Ministerio de Defensa ruso informó que tres militares rusos murieron y otros cuatro resultaron heridos por escombros, y que dos aeronaves resultaron levemente dañadas. Los ataques en territorio ruso fueron profundamente vergonzosos y expusieron la vulnerabilidad de algunos de los sitios militares más estratégicos de Rusia, suscitando interrogantes sobre la eficacia de sus defensas antiaéreas. Amenazan además con provocar una escalada en la guerra que lleva ya nueve meses.
Blogueros militares rusos expresaron su furia por internet, criticando lo que calificaron de una falta de preparación defensiva por parte de las fuerzas rusas. Un bloguero guerrerista ruso, publicando en el canal «Milinfolive» de Telegram, fustigó a la cúpula militar rusa el lunes, acusándola de incompetencia. Otro destacó el daño que se ha hecho a la reputación militar de Rusia.
#6Dic | El presidente de Ucrania, @Zelenskyy_UA, reiteró su rechazo a firmar un acuerdo de paz con Rusia debido a que, aseguró, el Kremlin terminará incumpliéndolo.
📰: @europapress pic.twitter.com/yazy9oRxoS
— El Diario (@eldiario) December 6, 2022
La base de Engels, situada más de 600 kilómetros (370 millas) al este de la frontera con Ucrania, alberga bombarderos estratégicos Tu-95 y Tu-160 que han participado en ataques contra Ucrania. La base aérea de Dyagilevo, donde hay aeronaves cisterna utilizadas para repostar otros aviones en el aire, está unos 500 kilómetros (más de 300 millas) al nordeste de la frontera ucraniana.
En su reporte diario de inteligencia sobre la guerra en Ucrania, el Ministerio británico de Defensa dijo que probablemente Rusia consideraría los ataques a sus bases como «uno de los fracasos de protección de sus fuerzas con mayor importancia estratégica desde su invasión de Ucrania». Es probable que los bombarderos sean dispersados a otros aeródromos, añadió el reporte. El vocero del Kremlin Dmitry Peskov dijo que las autoridades rusas «tomarán las medidas necesarias» para aumentar la protección de instalaciones clave a la vista de los últimos ataques ucranianos.
En declaraciones en una conferencia con periodistas el martes, Peskov dijo que «el rumbo del régimen ucraniano de continuar estos ataques terroristas supone una amenaza».
Peskov reiteró que Moscú no ve perspectivas de conversaciones de paz en este momento y añadió que «la Federación Rusa debe alcanzar sus objetivos declarados». Rusia, mientras tanto, mantuvo sus intensos ataques sobre territorio ucraniano y golpeó poblaciones durante la noche cerca de la central nuclear de Zaporiyia que dejaron más de 9.000 viviendas sin agua corriente, según las autoridades locales ucranianas.
Las poblaciones estaban al otro lado del Río Dniéper desde la central, que fue ocupada por fuerzas rusas en los primeros días de la guerra. Rusia y Ucrania se acusan mutuamente desde hace meses de atacar la planta y sus alrededores. El líder de la región norteña de Sumy, que hace frontera con Rusia, dijo que Moscú había realizado más de 80 ataques con misiles y artillería en su territorio. Los proyectiles dañaron un monasterio cerca de la población fronteriza de Shalyhyne, indicó el gobernador, Dmytro Zhyvytsky.