La forma en que el Talibán trata a las mujeres y niñas en Afganistán puede representar un crimen contra la humanidad. Foto La Hora: AP.

La forma en que el Talibán trata a las mujeres y niñas en Afganistán puede representar un crimen contra la humanidad y debe ser investigada y juzgada bajo la ley internacional, dijo el viernes un equipo de expertos de la ONU. El Talibán refutó la acusación rápidamente.
La declaración de los expertos designados por el Consejo de Derechos Humanos de la ONU se publicó después que el Talibán confirmó que tres mujeres estaban entre las 12 personas azotadas el miércoles frente a cientos de espectadores en un estadio deportivo provincial.

Fue una indicación de que los talibanes han reanudado una forma brutal de castigo que fue un sello distintivo de su gobierno en la década de 1990. Y el 11 de noviembre, en Taloqan, en la provincia nororiental de Takhar, 10 hombres y nueve mujeres fueron azotados 39 veces cada uno en presencia de mayores, estudiantes y residentes en la principal mezquita de la ciudad después de las oraciones del viernes. Fueron acusados de adulterio, robo y huir de casa.

Los expertos de la ONU señalan que las acciones talibanes más recientes contra mujeres y niñas han profundizado el irrespeto a los derechos humanos en el país y pueden constituir persecución de género, que es un crimen contra la humanidad.

El Talibán tomó control de Afganistán en agosto de 2021 cuando las fuerzas de Estados Unidos y la OTAN estaban en las últimas semanas de su retirada del país tras 20 años de guerra. A pesar de prometer en un inicio un gobierno más moderado y respetar los derechos de las mujeres y las minorías, han limitado los derechos y libertades, e implementado extensamente su interpretación severa de la ley islámica, o sharia.

Han prohibido que las niñas asistan a escuelas de nivel medio, restringido a las mujeres de casi todos los empleos y ordenado que usen vestimentas que las cubran de pies a cabeza en público. Las mujeres tampoco pueden ir a parques, gimnasios y ferias. Los latigazos en público, así como las ejecuciones públicas y las lapidaciones por supuestos delitos fueron habituales en todo Afganistán durante el primer periodo de gobierno talibán, desde 1996 hasta 2001, cuando fueron expulsados por una invasión liderada por Estados Unidos tras los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos. Los talibanes habían dado refugio a Al Qaeda y a su líder, Osama bin Laden.

La declaración de los expertos no menciona específicamente los casos de azotes en público, pero señala que los talibanes han golpeado a los hombres que acompañaban a las mujeres que llevaban ropa de colores o que no se cubrían la cara.

«Nos preocupa profundamente que estas acciones tengan por objeto obligar a los hombres y a los niños a castigar a las mujeres y a las niñas que se resisten a que los talibanes las borren, privándolas aún más de sus derechos, y normalizando la violencia contra ellas», dice el reporte. El portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores designado por los talibanes, Abdul Qahar Balkhi, rechazó la declaración de los expertos y contraatacó a la ONU por sancionar a los exinsurgentes que ahora gobiernan Afganistán.

Balkhi, en un mensaje enviado a The Associated Press, enumeró lo que, según dijo, equivale a crímenes de guerra y contra la humanidad por parte del organismo mundial, incluido el «actual castigo colectivo contra afganos inocentes por parte del régimen de sanciones de la ONU, todo ello en nombre de los derechos de la mujer y la igualdad».

 

Las sanciones impuestas a los funcionarios talibanes y la congelación de miles de millones de dólares en reservas de divisas han restringido el acceso a las instituciones mundiales y al dinero exterior que había sostenido la economía afgana antes de la retirada de las fuerzas de Estados Unidos y la OTAN.

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