El primer ministro británico, Boris Johnson, ofreció el martes una disculpa «de todo corazón» por haber asistido a una fiesta de cumpleaños en su oficina que incumplió las normas del encierro contra el coronavirus, pero insistió en que no infringió las reglas a sabiendas ni engañó al Parlamento, y rechazó las peticiones de dimisión.
«No se me ocurrió» que la reunión —con todo y pastel— fuera una fiesta, afirmó Johnson ante los legisladores de la Cámara de los Comunes. Fue la primera comparecencia parlamentaria de Johnson desde que la policía le aplicó una multa tras el escándalo, conocido como el «partygate».
Los políticos de la oposición —y algunos de los conservadores del gobierno— han pedido con creciente frustración que Johnson renuncie desde que el año pasado surgieron acusaciones de que su equipo y él habían celebrado fiestas de oficina en 2020 y 2021, cuando millones de personas en el país tenían prohibido reunirse con amigos y familiares o incluso asistir a los funerales de sus seres queridos, todo como parte de las restricciones por la pandemia de coronavirus.
La semana pasada, el primer ministro pagó una multa de 50 libras (66 dólares) por asistir a su propia fiesta sorpresa de cumpleaños en la residencia oficial de Downing Street en junio de 2020. La sanción convirtió a Johnson en el primer jefe de gobierno británico condenado por incumplir la ley durante su mandato.
British Prime Minister Boris Johnson has offered a ”wholehearted” apology for attending an illegal party during lockdown, but says he didn't knowingly break rules or mislead Parliament.
Johnson said “it did not occur to me” that the gathering was a party. https://t.co/fIJWkSAwSi
— The Associated Press (@AP) April 19, 2022
Hablando mientras la Cámara de los Comunes regresaba de un receso de Pascua de 11 días, Johnson reconoció el «dolor y la ira» de la gente, pero agregó: «no se me ocurrió ni entonces ni posteriormente que una reunión en la Sala del Gabinete, justo antes de una reunión vital sobre la estrategia contra el COVID, podría equivaler a una violación de las reglas».
El líder del opositor Partido Laborista, Keir Starmer, calificó la disculpa como «una broma» y desafió a los conservadores a deshacerse de Johnson. «Él sabe que es deshonesto e incapaz de cambiar», agregó Starmer. «Así que arrastra a todos los demás con él».
Starmer fue reprendido por la presidenta de la Cámara de los Comunes, Lindsay Hoyle, por acusar a otro miembro de mentir, una infracción de las reglas parlamentarias. Minutos después, el legislador laborista Karl Turner también calificó a Johnson de mentiroso. «Retiro la palabra ‘mentiroso’, señora presidenta», añadió Turner. «Pero el electorado ya lo habrá decidido».
Los laboristas están tratando de que los legisladores censuren a Johnson por el escándalo del «partygate». La presidenta Hoyle dijo que permitiría que los laboristas celebraran un debate en la Cámara de los Comunes y voten sobre si Johnson debería ser investigado por supuestamente engañar al Parlamento. Por lo general, se espera que renuncien los ministros que hayan mentido intencionalmente.
La votación está prevista para el jueves. En vista de que los conservadores tienen una gran mayoría en el Parlamento, es poco probable que se apruebe la medida, pero obligará a aquellos legisladores conservadores incómodos con el primer ministro a respaldarlo públicamente o criticarlo.