Un misil cayó el viernes en una estación de tren atestada de gente en el este de Ucrania que era un punto de evacuación para los civiles, matando a decenas de personas, informaron las autoridades ucranianas, al tiempo que advertían que esperaban encontrar más pruebas de posibles crímenes de guerra en partes del país que anteriormente estuvieron en manos de las tropas rusas.
Horas después de informar que las tropas ucranianas habían encontrado escenas brutales en un asentamiento al norte de Kiev, el presidente Volodymyr Zelenskyy dijo que había «miles» de personas en la estación en Kramatorsk, una ciudad de la región de Donetsk, en el este, cuando cayó el misil. Las fotos del lugar de los hechos mostraban cadáveres en el suelo cubiertos con telas y los restos de un cohete con las palabras «Para los niños» pintadas en ruso.
El Ministerio de Defensa ruso negó haber atacado la estación en Kramatorsk, una ciudad en la región oriental de Donetsk, pero Zelenskyy y otros líderes ucranianos acusaron al ejército ruso de atacar deliberadamente un lugar donde solo se reunían civiles.
«Los rusos inhumanos no cambian sus métodos. Sin la fuerza ni el valor para enfrentarnos en el campo de batalla, destruyen cínicamente la población civil», dijo el presidente en redes sociales. «Esto es un mal sin límites. Y si no se castiga, jamás se detendrá.
El gobernador regional de Donetsk, Pavlo Kyrylenko, dijo que 39 personas murieron y que 87 resultaron heridas en el ataque. La fiscalía general de Ucrania dijo que alrededor de 4.000 civiles estaban en la estación y sus alrededores, la mayoría de ellos mujeres y niños. El gobierno ucraniano ha estado pidiendo a la gente que abandone la zona ante una esperada nueva ofensiva de las fuerzas rusas.
Tras fracasar en su intento de tomar la capital, Rusia se ha enfocado en el Donbás, una región industrial de mayoría rusófona en el este de Ucrania, donde rebeldes respaldados por Moscú combaten a las fuerzas ucranianas desde hace años y controlan algunas zonas.
Los gobernantes ucranianos pronosticaron que habrá más hallazgos macabros en ciudades y poblaciones recuperadas a medida que los soldados rusos se retiran para concentrarse en el este de Ucrania.
En su discurso nocturno, Zelenskyy pronosticó que habría más hallazgos macabros en poblaciones del norte de las que se retiraron los rusos para concentrarse en el este. El mandatario advirtió que en la ciudad norteña de Borodianka, a apenas 30 kilómetros al noroeste de Bucha, podría haber aún más fallecidos al señalar que «allí es mucho más horrible».
#ULTIMAHORA Al menos 20 muertos en un ataque con cohetes contra la estación de tren de la ciudad ucraniana de Kramatorsk #AFP pic.twitter.com/rusNt2211C
— Agence France-Presse (@AFPespanol) April 8, 2022
Las autoridades ucranianas dijeron a principios de semana que en los alrededores de Kiev se habían encontrado 410 civiles muertos. Los voluntarios llevan días recopilando cadáveres, y el jueves retiraron más de Bucha. En la ciudad portuaria de Mariúpol, en el sur, las autoridades esperan encontrar prácticamente el mismo escenario. «La misma crueldad, los mismos crímenes terribles», afirmó Zelenskyy.
Varios líderes ucranianos y occidentales han atribuido las masacres a las tropas de Moscú. El semanario alemán Der Spiegel reportó que la agencia de inteligencia extranjera de Alemania interceptó mensajes de radio entre soldados rusos que hablaban de los asesinatos de civiles. Rusia afirma sin pruebas que las escenas de Bucha son un montaje.
La invasión rusa, que dura ya seis semanas, no logró tomar Kiev rápidamente y lograr lo que, según los países occidentales, era el objetivo inicial del presidente Vladimir Putin: derrocar al gobierno. A raíz de ese fracaso y de las grandes pérdidas, Rusia cambió su enfoque al Donbás, una región industrial mayoritariamente rusófona del este del país donde los rebeldes separatistas, que cuentan con el apoyo de Moscú, combaten desde hace ocho años a las tropas estatales.
El jueves, un día después de que las fuerzas rusas empezaran a bombardear su aldea en la región sureña de Mikolaiv, Sergei Dubovienko, de 52 años, puso rumbo al norte en su pequeño Lada azul acompañado por su esposa y su suegra. Llegaron a Bashtanka, donde encontraron alojamiento temporal en una iglesia.
«Empezaron a destruir las casas y todo lo demás» en Pavlo-Marianovka, contó. «Entonces, los tanques aparecieron desde el bosque. Pensamos que por la mañana volverían a bombardear, así que decidí irme». Cientos de personas han huido de las aldeas de las regiones de Mikolaiv y Jersón que están bajo ataque u ocupadas por los rusos.
Naciones Unidas calcula que la guerra ha dejado al menos 6,5 millones de desplazados internos. Su agencia para los refugiados, ACNUR, dijo que más de cuatro millones de personas han escapado del país desde el inicio del operativo ruso el 24 de febrero, en la mayor crisis de refugiados en Europa desde la Segunda Guerra Mundial.
La Organización Internacional para las Migraciones, que hace un seguimiento no solo de los refugiados sino de todas las personas que se ven obligadas a dejar sus hogares, calcula que más de 12 millones de personas están varadas en zonas bajo ataque.