El gigante energético Shell dejará de comprar petróleo y gas natural ruso, además de cerrar sus estaciones de servicio y otras operaciones en el país, según anunció el martes en medio de presiones internacionales para que las compañías corten sus lazos con Moscú debido a la invasión de Ucrania.
Shell indicó en un comunicado el martes que dejaría de operar con todos los hidrocarburos rusos, incluidos crudo, derivados del petróleo, gas natural y gas natural licuado, “ de forma gradual”.
La decisión se tomó en medio de subidas en el precio del crudo que han remecido los mercados globales. El ministro ucraniano de Exteriores criticó hace unos días a Shell por seguir comprando petróleo ruso, y arremetió contra la compañía por seguir haciendo negocios con el gobierno del presidente Vladimir Putin.
“Somos muy conscientes de que nuestra decisión de la semana pasada de adquirir un cargamento de crudo ruso para refinarlo en productos como gasolina y diésel -pese a hacerse con la seguridad de los suministros en mente- no fue la correcta y lo lamentamos”, dijo el director general de Shell, Ben van Beurden. “Como ya hemos dicho, remitiremos los beneficios de la cantidad limitada restante de petróleo ruso que procesemos a un fondo dedicado”.
El ministro ucraniano de Exteriores, Dmytro Kuleba, dijo que había sabido que Shell compró “discretamente” el crudo el viernes y pidió al público que presionara a la empresa y otras firmas internacionales para detener esas compras.
“Una pregunta para Shell: ¿no les huele a sangre ucraniana el petróleo ruso?”, tuiteó Kuleba. “Pido a las personas con conciencia de todo el mundo que exijan a las empresas multinacionales que corten todos sus lazos de negocios con Rusia”.
Shell dijo la semana pasada que estaba “conmocionada por la pérdida de vidas en Ucrania” y que pondría fin a sus emprendimientos conjuntos con Gazprom, la enorme compañía de gas y petróleo controlada por el gobierno ruso.