Una bomba que explotó el viernes dentro de una mezquita musulmana chií en la ciudad de Peshawar, en el noroeste de Pakistán, mató al menos a 56 fieles y causó heridas a decenas más, muchos de ellos de gravedad, informaron la policía y autoridades hospitalarias.
El jefe de policía de Peshawar, Muhammed Ejaz Khan, dijo que todo comenzó cuando dos atacantes armados abrieron fuego contra la policía en el exterior de la mezquita Kucha Risaldar, en el congestionado casco antiguo de Peshawar, cerca de la frontera con Afganistán. Un agresor y un policía murieron en el tiroteo y otro policía resultó herido. El segundo agresor irrumpió entonces en el templo, donde detonó el explosivo.
La explosión se produjo cuando los fieles se congregaban para la oración, apuntó Waheed Khan, un policía local. La cifra de fallecidos podría aumentar ya que muchos de los heridos tienen un pronóstico crítico, afirmó.
Las ambulancias circularon a toda velocidad por las calles estrechas de la ciudad para llevar a los heridos al hospital Lady Reading, donde los médicos trabajaban frenéticamente.
En el momento del atentado, en el interior de la mezquita había al menos 150 personas, dijeron los testigos.
Nadie se atribuyó de inmediato la autoría del atentado, pero tanto el grupo extremista Estado Islámico como una violenta organización Talibán local han perpetrado ataques similares en la región, ubicada cerca de la frontera con Afganistán.
Shayan Haider, un testigo, explicó que se disponía a acceder a la mezquita cuando una potente explosión lo lanzó a la calle. «Abrí los ojos y había polvo y cuerpos por todas partes», contó.
En las urgencias del hospital Lady Reading reinaba el caos mientras los doctores trataban de llevar a los numerosos heridos a quirófano. Cientos de familiares se reunieron frente a la unidad de emergencias, muchos de ellos llorando y golpeándose el pecho, suplicando información sobre sus seres queridos.
Fuera de la mezquita, los musulmanes chiíes se agolpaban en las calles acordonadas. La mezquita Kucha Risaldar es una de las más antiguas de la zona, anterior a la creación de Pakistán en 1947 como una patria separada para los musulmanes del subcontinente indio.
El líder de la oración, Allama Irshad Hussein Khalil, un destacado joven líder chií, estaba entre los muertos. En toda la ciudad se escuchaban las sirenas de las ambulancias.
El primer ministro del país, Imran Khan, condenó el ataque. En Pakistán, una nación musulmana de mayoría suní, la minoría chií ha sido el objetivo de numerosos ataques.
El gobierno paquistaní ha instado a los nuevos gobernantes de Afganistán a que entreguen a los insurgentes talibanes paquistaníes que han estado organizando ataques a suelo de Pakistán desde Afganistán. El gobierno talibán afgano ha asegurado que su territorio no se usará para realizar ataques contra nadie, pero hasta ahora no han entregado a ningún insurgente paquistaní.