El fracaso de las reuniones diplomáticas de la semana pasada para resolver las crecientes tensiones sobre Ucrania ha colocado a Rusia, Estados Unidos y sus aliados europeos en un territorio inexplorado tras la Guerra Fría, presentando retos significativos para que las partes principales eviten una confrontación directa y potencialmente desastrosa.
A diferencia de desacuerdos previos que han surgido desde el colapso de la Unión Soviética, la crisis actual sobre Ucrania y las diferencias al parecer insuperables entre Washington y Moscú conllevan riesgos reales de una guerra económica debilitante y un conflicto militar que son agravados por los peligros de posibles errores de cálculo y reacciones desmedidas, particularmente en Europa.
Para Estados Unidos y sus aliados europeos y de la OTAN, nada menos que una retirada de los 100.000 soldados rusos desplegados actualmente cerca de la frontera con Ucrania demostrará que el presidente ruso Vladimir Putin negocia de buena fe. Para los rusos, la negativa absoluta de Occidente a considerar una prohibición de la expansión de la OTAN y la retirada de tropas de Europa oriental son prueba de su perfidia.
Las concesiones potenciales son complicadas, por el hecho de que ni Putin ni el presidente estadounidense Joe Biden quieren ser vistos haciendo concesiones, ni ante sus propios ciudadanos ni ante las audiencias extranjeras.
La negativa de cada una de las partes a renunciar a lo que la otra considera exigencias irreales y excesivas ha dejado en el limbo las perspectivas para la diplomacia, con Estados Unidos y sus aliados acusando a Rusia de avivar las tensiones sin razón legítima y los rusos quejándose de nuevo de que los estadounidenses son los agresores.
Algunos creen que la situación tenderá a empeorar más antes de que se rompa el estancamiento.
“La brecha en las percepciones es tan grande que pudiera ser necesaria una escalada nueva y peligrosa para que las partes abran la imaginación y busquen acuerdos”, afirmó Fiódor Lukyanov, director del Consejo para Políticas Exteriores y de Defensa, con sede en Moscú, en un comentario.
Para los analistas occidentales, parece ser una situación en la que Putin va a tener que hacer concesiones si quiere evitar un conflicto. Algunos piensan que el enfoque de Putin en la OTAN, que ha lidiado durante años con cuestionamientos sobre su relevancia, puede haber dado una nueva oportunidad a la alianza.
“Es un período extremamente incierto y tenso sin una salida obvia, a menos que Putin ceda”, expresó Jeff Rathke, un experto en Europa y exdiplomático estadounidense que es el presidente del American Institute for Contemporary German Studies en la Universidad Johns Hopkins.
“Él se ha creado un frenesí del que es difícil salirse si no consigue el rediseño de la arquitectura de seguridad en Europa que dice querer. Él ha mostrado que está listo para probar quién titubea primero, con la amenaza de una fuerza militar masiva, y está seguro de que tiene la atención de todos, pero no ha cambiado la posición de nadie”, dijo Rathke.
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— Diario La Hora (@lahoragt) January 15, 2022
Funcionarios estadounidenses, desde Biden, el secretario de Estado Antony Blinken y el asesor de Seguridad Nacional Jake Sullivan hasta la principal negociadora Wendy Sherman han dicho que Rusia es quien enfrenta una “elección brutal”. Desescalar o enfrentarse a sanciones punitivas y encima lo contrario de lo que quiere: una mayor presencia de la OTAN en Europa oriental y una Ucrania más blindada.
Sin embargo, los funcionarios en Rusia dicen lo contrario. Han presentado sus demandas como un “imperativo absoluto” y argumentan que la falta de voluntad de Occidente para satisfacerlas en las negociaciones hace irrelevantes los demás asuntos.
El canciller Sergey Lavrov dijo el viernes que Rusia había tratado infructuosamente durante años de persuadir a Estados Unidos y sus aliados para que iniciaran negociaciones sobre no desplegar misiles de alcance medio en Europa, limitar las maniobras militares y reglas para evitar encuentros cercanos peligrosos entre buques y aviones rusos y aliados, hasta que Estados Unidos y la OTAN expresaron su disposición a discutir esos asuntos esta semana.