En esta imagen de archivo, miles de simpatizantes escuchan al primer ministro indio, Narendra Modi. Foto La Hora/AP.

Los casos de coronavirus impulsados por la variante ómicron se están disparando en India, lo que ha llevado al gobierno federal y a los estados a reintroducir rápidamente una serie de restricciones, como la de limitar las reuniones. Sin embargo, los líderes políticos de India están muy ocupados haciendo campaña antes de las cruciales elecciones estatales, hablando en mítines repletos de decenas de miles de personas, muchas de ellas sin mascarillas.

Son escenas sorprendentemente similares a las de la temporada electoral del año pasado, cuando la variante delta asoló al país y lo convirtió en uno de los más afectados del mundo. Algunos partidos políticos han empezado a reducir sus campañas y a suspender algunos mítines, pero los expertos en salud temen que las lecciones aprendidas el año pasado ya se hayan olvidado.

“La variante ómicron es altamente transmisible y te persigue y te atrapa, pero nuestros políticos siguen ahí para darle la bienvenida con abrazos”, lamentó el virólogo indio T. Jacob. “Me temo que esto está empezando a parecerse mucho al año pasado”.

Una oleada devastadora de infecciones azotó India el año pasado. Fue alimentada en parte por grandes multitudes en los mítines electorales, donde los políticos, incluido el primer ministro Narendra Modi, a menudo aparecían sin mascarillas y se dirigían a grandes multitudes.

Ese aumento dejó maltrecho al sistema de salud del país, con personas rogando por conseguir tanques de oxígeno y camas de hospital. Los crematorios se quedaron sin espacio. Las muertes diarias superaron las 4.000 durante el pico de la crisis, con al menos 200.000 personas muriendo entre marzo y mayo, una cifra que se cree que está muy por debajo de las cifras reales.

Los funcionarios de salud dicen que el nuevo aumento está causando menos muertes y que muchos casos son asintomáticos, pero han advertido que no hay que tomar la ómicron demasiado a la ligera. Dicen que numerosos casos, aunque son más leves, aún podrían presionar al frágil sistema de salud del país.

Trabajadores de salud usan sus trajes de Equipo de Protección Personal antes de sus respectivas funciones fuera de un departamento de pacientes ambulatorios con coronavirus en India. Foto La Hora/AFP.

En general, los nuevos casos diarios se han multiplicado casi por cuatro en la última semana. Los ingresos hospitalarios están repuntando y se ha pedido al personal médico de algunos estados que acorte sus vacaciones de invierno.

Las ciudades están experimentando un aumento masivo de casos. Mumbai, la capital financiera de la nación, batió su marca de recuentos diarios. Se han disparado los casos nuevos de COVID-19 en cinco estados inmersos en la campaña electoral: Uttar Pradesh, Punjab, Uttarakhand, Goa y Manipur.

El sábado, el Ministerio de Salud dijo que se reportaron más de 141.986 casos en las 24 horas anteriores, casi un 21% más que el día anterior.

Los expertos en salud dicen que el aumento del contacto social en los repletos mítines electorales está alimentando la propagación del virus.

El partido del Congreso dijo que suspenderá los mítines políticos en Uttar Pradesh y cambiará su táctica a campañas virtuales. Algunos otros partidos, entre ellos el de Modi, han seguido su ejemplo. Sin embargo, no está claro si cancelarán todos los mítines futuros.

Las votaciones están programadas para comenzar el 10 de febrero y finalizar el 7 de marzo. Los resultados se anunciarán el 10 de marzo.

La Comisión Electoral prohibió el sábado todos los mítines presenciales durante una semana. Dijo que la decisión de imponer restricciones a lo largo de toda la campaña solo se tomará después de una revisión el 15 de enero.

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