Rescatistas desalojan a residentes de sus hogares inundados en la aldea de Rajlovac, cerca de Sarajevo, Bosnia. Foto La Hora/AP.

Fuertes lluvias en Bosnia causaron ayer graves inundaciones súbitas, que a su vez provocaron evacuaciones y apagones en casi toda la capital, el cierre de una instalación clave de oxígeno para pacientes con COVID-19 y la inundación de calles en el país balcánico.

La única planta certificada para llenado de oxígeno medicinal en Bosnia, parte del Grupo Messer de Alemania, fue uno de los lugares de trabajo y hogares en los suburbios de Sarajevo que tuvieron que ser desalojados después de ser sobrepasados por la rápida crecida.

Avdo Delic, gerente general de la oficina de Messer en Bosnia, dijo que la planta quedó totalmente sumergida y expresó preocupación de que los hospitales en el país que atienden a pacientes con COVID-19 puedan quedarse sin tanques de oxígeno a menos que las operaciones de la empresa rápidamente se restauren en ubicaciones alternas.

«No pudimos salvar al equipo, tuvimos que salvar vidas», dijo Delic.

«El agua llegó rápido como un tsunami y, por fortuna, Protección Civil estaba ahí con botes salvavidas», agregó.

Bosnia ha tenido más hospitalizaciones por COVID-19 debido a un reciente aumento de contagios del virus. El país de 3,5 millones de habitantes tiene una de las tasas de vacunación más bajas de Europa, con menos del 20%. El viernes, reportó 1.100 nuevas infecciones diarias y 32 muertes. Hasta el momento, Bosnia ha confirmado más de 250.000 infecciones y más de 11.000 muertes, una de las tasas de muertes per cápita más elevadas de Europa.

Cientos de hogares en los suburbios de Sarajevo, a lo largo de los ríos Bosnia, Tilava y Zeljeznica y en el suroeste del país alrededor del pueblo de Konjic, tuvieron que ser desalojados debido a las precipitaciones fuertes y constantes.

«Todo está bajo agua. Acabo de hablar con un amigo que me dijo que no puede salir de su casa porque el agua llegaba al primer piso», dijo Salih Ramadani mientras se alejaba de su hogar inundado en Otes, un suburbio de Sarajevo.

«La situación es mala y no esperamos que mejore pronto», dijo Danis Memagic, un bombero que coordinaba los desalojos en la zona.

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