El total de muertes por COVID-19 en siete días en Brasil ha llegado a su nivel más bajo desde el inicio de la pandemia, según el sitio de investigación Our World in Data.
En los siete días hasta el 1 de noviembre, el país registró 2.188 muertes —un nivel que no se veía desde abril de 2020— mientras se extiende cada vez más la campaña de vacunación.
Después de un lento inicio, el país más grande de Latinoamérica ya ha vacunado totalmente a más del 50% de su población. El porcentaje es incluso mayor en algunas ciudades grandes, como Sao Paulo, en donde prácticamente 100% de la población adulta ha recibido al menos una dosis y más de 90% está totalmente vacunada. Y un porcentaje mayor de brasileños ha recibido al menos una dosis, comparado con los estadounidenses, según el sitio.
Eso ha provocado que bajen las muertes relacionadas con el virus en el país sudamericano en los últimos cuatro meses. Hasta el momento no se ha materializado la preocupación de los expertos de que Brasil tuviera un nuevo pico de contagios por la propagación de la variante delta.
Los casos diarios actuales del país son sólo una décima parte del terrible pico de abril de 2021. Ese aumento, aunado a la indignación provocada por la forma como el presidente Jair Bolsonaro ha respondido a la pandemia, provocó que se formara una comisión en el Senado para investigar las acciones del gobierno.
Después de seis meses de audiencias, la comisión recomendó la semana pasada que Bolsonaro y decenas de personas más enfrenten a cargos delictivos.
Su informe de casi 1.300 páginas destacó la lenta respuesta del gobierno para responder al ofrecimiento de las farmacéuticas para comprar millones de vacunas, así como la insistente promoción de Bolsonaro de tratamientos dudosos, como la hidroxicloroquina, un medicamento contra la malaria que los científicos determinaron desde hace mucho que no es efectivo.
El presidente brasileño ha negado haber hecho mal y se presenta como alguien valiente que ignoró la corrección política y recomendaciones de expertos en salud globales que habrían afectado la economía y dañado a los pobres.
Brasil ha registrado unas 609.000 muertes por coronavirus, la segunda mayor cantidad en el mundo después de Estados Unidos.